Los dos acuchillados en la reyerta del amor entre dos familias gitanas de Elda han podido declarar, tras recibir el alta hospitalaria, ante la titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Elda al que se ha asignado finalmente el caso. Se trata del padre y el hermano de la menor de 14 años que huyó con su novio de 17 y tres miembros de la familia de éste -la madre, el hermano y un tío- tras la supuesta agresión con navajas ocurrida el pasado 3 de septiembre en el barrio del polígono Almafrá.

El hermano de la menor, de 23 años, recibió varias puñaladas en la cara y la espalda, ocasionándole la más grave un neumotórax al alcanzarle el pulmón. El padre, de 42 años, estuvo a punto de morir por una hemorragia interna y, de hecho, fue trasladado al Hospital General de Alicante, tras ingresar inicialmente en Urgencias de Elda, para ser intervenido quirúrgicamente de una cuchillada en el cuello y varias en la espalda y el tórax. Una de ellas, según ha podido averiguar este diario, se quedó a menos de un centímetro de seccionarle la artería aorta y los propios médicos emitieron un diagnóstico inicial de muy grave.

Ambos se han ratificado en la declaración que realizaron ante los investigadores de la Policía Nacional y, asistidos por su letrado Moisés Candela Sabater, se han personado en el proceso como acusación particular. También ha comparecido en el mismo juzgado la hija y hermana de los dos heridos. Pero lo ha hecho en calidad de testigo de la reyerta. Una vez escuchadas las versiones de los tres, la jueza les ha ofrecido acciones legales, tanto penales como civiles, mientras se realiza el informe del médico forense.

En la declaración no se ha hecho referencia alguna a la disputa que ambas familias mantenían, desde tiempo atrás, por la negativa de los padres de la menor a que mantuviera una relación sentimental con el joven. No querían «entregarla», según dispone la costumbre gitana, porque no les parecía adecuado el comportamiento del pretendiente, tal y como han indicado a este diario fuentes cercanas al caso.

En la comparecencia ante la jueza solo se ha indicado que la reyerta vino precedida de una disputa verbal entre la adolescente y su hermano, con insultos hacia su novio, cuando ésta mantenía una conversación telefónica con él. A consecuencia de esta discusión las dos familias se encontraron minutos después en la plaza Simón Bolívar y, tras el enfrentamiento inicial a golpes, salieron a relucir las navajas. Unos hechos por los que el novio ha sido internado en un centro a petición de la Fiscalía de Menores mientras que su madre, su hermano y su tío están en prisión provisional sin fianza acusados de un supuesto delito de tentativa de homicidio.

La menor, por su parte, sigue conviviendo de forma voluntaria con los familiares de su novio desde el mismo día de la reyerta.