Elda hizo frente ayer a la intermitente lluvia para festejar a la Virgen de la Salud, la sagrada imagen que llegó a la ciudad en 1604, en un barco que atracó en Alicante procedente de Cerdeña, envuelta en un misterioso episodio que tuvo como protagonistas a dos peregrinos anónimos.

Por la mañana llovió de forma intensa en Elda pero el cielo se despejó a primera hora de la tarde. Todo apuntaba, pues, a que la patrona podría reencontrarse con su pueblo en el tradicional recorrido por el casco histórico. Sin embargo a las ocho y media de la noche comenzó a llover de nuevo. Primero de forma tímida y a los pocos minutos en forma de chaparrón. Justo en el momento en el que los costaleros de la Cofradía de los Santos Patronos se disponían a sacar la imagen a la calle para que los eldenses volvieran a arropar a su «Madonna», a la que veneran desde 1648, cuando le rogaron amparo y la epidemia de peste que diezmó toda la región pasó de largo por el Valle de Elda.

Sin embargo la Santísima Virgen no partió finalmente en Solemne Procesión desde la iglesia de Santa Ana tras la interpretación de la Salve de Hilarión Eslava. Ante las previsiones de lluvia la Cofradía decidió no arriesgar y optó por realizar una Procesión simbólica por el interior del templo. La imagen fue llevada a hombros por el pasillo central hasta la puerta principal y, tras ser vitoreada y ovacionada por los fieles que se agolpaban en la escalinata con sus paraguas, volvió a ser entronizada en el altar mayor.

Hay que remontarse 76 años atrás en la historia de Elda para encontrar un episodio semejante. Según indica el investigador Antonio Juan, el martes 8 de septiembre de 1942 las lluvias torrenciales impidieron realizar la Procesión de la Virgen de la Salud. Pero al día siguiente el tiempo mejoró y se decidió sacar la imagen de la patrona junto al Cristo del Buen Suceso. Una historia que podría repetirse hoy en función de la meteorología imperante.

Dos horas antes el templo se había llenado para asistir a una Santa Misa en la que volvieron a escucharse los versos que Rodolfo Guarinos le dedicó a la patrona en uno de sus más célebres poemas: «Déjame proclamar con las campanas / el gozo de tenerte aquí a mi lado; / deja que, con mi valle arrodillado, / de par en par te aclamen mis ventanas».

El mal tiempo también frustró las alabanzas. Uno los momentos más emotivos de la Procesión cuando, al llegar a la calle Nueva, Elisa María Beltrán Giner y Juan Rubio le recitan a la Virgen, desde el balcón del centenario Casino Eldense, poemas cargados de sentimientos, recuerdos, ruegos y deseos.

El globo voló con sol

El día grande de la Virgen de la Salud dejó momentos e imágenes para el recuerdo. La lluvia caída por la mañana contribuyó a ello. Había finalizado la Eucaristía en la iglesia de Santa Ana cuando cientos de eldenses, ataviados con el pañuelo y la camiseta de los Santos Patronos, se concentraron en la plaza del Ayuntamiento para llevar a cabo el multitudinario acto de Correr la Traca. Pero el aguacero, que había comenzado a caer a las once de la mañana, seguía incesante pasada la una del mediodía. «Con lluvia o sin ella la traca se corre» dijeron los participantes mientras la pregonera, Susana Esteve, prendía la mecha acompañada de su marido y sus dos hijos. Sin embargo, tras cinco intentos fallidos, hubo que cambiar de planes porque la pólvora de la traca se había mojado. Entonces los miembros de la Comisión de la Traca y los Globos decidieron correr bajo la lluvia, pero sin traca, dando palmadas y voces para simular la explosión de los petardos. Por vez primera desde hacía diecisiete años los paraguas no se utilizaron para resguardarse del fuego sino de la lluvia. Entre los corredores muchos niños, muchas familias y Francis Valero, el pregonero de las Fiestas Mayores de 2017, entre otros. Mientras los corredores cubrían con júbilo el habitual recorrido, que finaliza en la Plaza Castelar, fueron recibiendo los aplausos de las personas que aguardaban en las calles del centro urbano para presenciar el popular festejo. Un acto que finalizó sobre las 13.30 horas, a los quince minutos de comenzar, pero sin disparar la habitual mascletá porque los cohetes y los morteros también estaban empapados. Así que el plan de evacuación para Correr la Traca ha tenido este año un «accidentado» estreno.

A continuación, antes de disfrutar del aperitivo con el típico «mezclaíco» y de las tradicionales «fasiuras» para comer, se llenó la Plaza Mayor de público para escuchar las canciones populares del grupo Los Caracoles y asistir a la suelta del globo de La Salud. Y justo en ese momento, poco antes de las dos de la tarde, dejó de llover y los rayos del sol se abrieron paso.

El único globo que se soltó ayer se elevó con suavidad hasta perderse de vista. Este año, en aras de velar por la seguridad y el medio ambiente, se le ha dotado de un sistema de geolocalización y explosión controlada para poder recuperarlo en un lugar de fácil acceso. Y prueba de su buen funcionamiento es que el primer aerostato que se lanzó en la noche del viernes se localizó rápidamente en la sierra de Camara. Así que la prueba ha sido un éxito y el sistema se mantendrá el próximo año.