La Casa Grande del Jardín de la Música ya luce esplendorosa a pesar de que la reforma no ha culminado. Todavía falta el cambio de las ventanas de madera. Unos trabajos que serán llevados a cabo en las próximas semanas por los alumnos del Taller de Empleo del Servef que dirige Idelsa. Precisamente el Instituto de Desarrollo de Elda(Idelsa) ha invertido cerca de 150.000 euros en acometer una actuación que comenzó en diciembre de 2017.
El plazo inicial de ejecución era de seis meses pero los diferentes contratiempos surgidos han retrasado la conclusión del proyecto de rehabilitación de este bello inmueble, catalogado por el Ayuntamiento como Bien de Relevancia Local, que está rodeado de un espacio ajardinado en pleno centro de la ciudad. Las obras han consistido en el cambio de la cubierta de madera de la Casa Grande que corría riesgo de desprendimiento y fue, precisamente, el motivo por el que se tuvo que cerrar el edificio al público. También se ha procedido al acondicionamiento de la primera planta del edificio para albergar las futuras oficinas de Idelsa y al remozamiento de toda la planta baja para recuperar la sala de exposiciones. Se han eliminado las humedades y arreglado el sótano mientras los aseos han sido adaptados para el uso de discapacitados. Y con el mismo objetivo de acabar con las barreras arquitectónicas, se ha cambiado de acceso por la entrada principal, dejando la actual para las personas con movilidad reducida.
Antes de iniciarse los trabajos, el emblemático edificio propiedad municipal llevaba meses cerrado por el peligro de derrumbe de la cubierta. Ésta había cedido y requería de una rehabilitación urgente para que las filtraciones de agua no afectaran al resto de la estructura.
Es un inmueble con mucha historia. Según explica Ximo Rico, fue construida para ser la residencia familiar del industrial zapatero Antonio Porta Rausa, cuyo hijo, Antonio Porta Vera, fue alcalde de Elda durante las décadas de 1960 y 1970. Asaltado a inicios de la Guerra Civil, fue usado como Hospital de Sangre del Socorro Rojo Internacional durante los años 1936 y 1937. Tras ser adquirida por el Ayuntamiento como centro cultural fue objeto de la primera restauración de la fachada y la cubierta entre 1985 y 1991. Y ahora que han pasado tres décadas se vuelve a actuar sobre los mismos elementos arquitectónicos para que la Casa Grande luzca bonita.
