La tensión vuelve a Villena tras un nuevo altercado entre dos clanes gitanos enfrentados desde hace años. El último incidente violento se produjo el pasado fin de semana en el barrio de San Francisco -El Poblao- y obligó a la Guardia Civil a poner en marcha un dispositivo especial. Un operativo que se ha mantenido hasta este lunes y en el que han intervenido patrullas de los cuarteles de Villena y Sax, además de efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) desplazados desde la Comandancia de Alicante.

La reyerta se produjo cuando ocho miembros de una familia del barrio de La Pedrera irrumpieron al mediodía del sábado en una vivienda de El Poblao donde había siete personas de otro clan. Se inició entonces una riña tumultuaria que acabó en la calle y en la que se emplearon cuchillos, navajas, palos y garrotes. El balance fue de cinco heridos que necesitaron asistencia sanitaria y otros tantos con heridas leves.

La Guardia Civil acudió rápidamente a la zona para disolver la pelea y proteger a los medios sanitarios que efectuaron la evacuación de los agredidos hasta al Centro Sanitario Integrado de Villena. Allí se les atendió de cortes en las manos, brechas en la cabeza, erosiones en el cuero cabelludo y contusiones. Pero, al coincidir los familiares de los heridos de ambos clanes -unas 40 personas- en las puertas de Urgencias del centro sanitario, se produjeron varios conatos de nuevos enfrentamientos. Pero la Guardia Civil lo evitó tras desplegar un amplio número de efectivos en la zona poco antes de las dos de la tarde.

Antecedentes

Este diario ya se hizo eco en septiembre de 2016 de un tiroteo entre clanes gitanos tras una pelea ocurrida la noche anterior en una sala de fiestas de Villena. Los disparos se efectuaron al mediodía en el barrio de El Poblao por un posible ajuste de cuentas pero no se produjeron heridos.

El tiroteo tuvo lugar cuando los familiares del clan gitano asentado en el cercano barrio de La Pedrera acudieron al domicilio de la familia gitana que reside en El Poblao. Al parecer, y según las fuentes consultadas en aquel momento, tenían la supuesta intención de consumar la venganza. Pero no pudieron porque algunos vecinos del barrio requirieron rápidamente la presencia de la Guardia Civil y la Policía Local tras escuchar varios disparos de escopeta. Cinco patrullas llegaron minutos después al barrio y posteriormente se produjo una detención. Otras fuentes apuntaron a que los disparos se efectuaron al aire y fueron intimidatorios, a modo de advertencia, pero los investigadores no encontraron ningún arma por la dificultad que en todos estos asuntos entraña la «ley del silencio» que impera en la barriada.

Pelea

Al parecer las rencillas entre ambos clanes se iniciaron en la madrugada anterior cuando varios de sus integrantes mantuvieron una violenta pelea en una conocida sala de fiestas de la localidad. Los motivos se desconocen pero, a consecuencia de la reyerta, tres hermanos resultaron heridos y varias patrullas tuvieron que acudir al establecimiento para mediar en el conflicto evitando, así, daños mayores. Una vez restablecido el orden abandonaron el lugar pero dos horas más tarde fueron requeridos, de nuevo, para evitar otro enfrentamiento entre las mismas personas hasta que, unas horas más tarde, se produjo el tiroteo.