La multitud que recibió en Aspe a la Virgen de las Nieves en la tarde del pasado 3 de agosto también la despidió en la mañana de ayer con igual devoción. Este año la patrona ha permanecido 23 días en la localidad. Una semana más de lo que establece el histórico Concordato para festejar los 600 años de la aparición de la imagen que veneran los vecinos de Aspe y Hondón de las Nieves.

Y como es tradicional, la romería de «La Llevada» partió a las cinco de la madrugada del domingo desde la Basílica del Socorro. Una velada en vela, de conciertos y misas, porque nadie quería perderse el adiós. Era noche cerrada cuando miles de personas se concentraron en las puertas del templo para acompañar a la patrona y cantarle las dos salves antes de salir de Aspe. Al finalizar la calle San Pedro -donde acababa antaño el pueblo- y en el último recodo de la calle Castelar, junto a la Cruz de Orihuela, donde la talla miró por última vez a la villa hasta que regrese en agosto de 2020 para ser honrada de nuevo.

En el templete perpetuo que tiene en el parque de la Ofra fue entronizada la imagen poco antes de las ocho de la mañana. Se celebró entonces la tradicional misa de campaña donde afloraron sentimientos de despedida, agradecimientos y promesas. Y tras el posterior almuerzo campestre, los aspenses entregaron la Virgen a sus hermanos de Hondón de las Nieves. Fue a las diez de una mañana apacible cuando las autoridades civiles y religiosas sellaron el acto de entrega, en el emblemático Collao, como llevan haciendo siglo tras siglo. Muchos aspenses regresaron ya a sus casas pero otros siguieron la romería para arropar a la patrona camino del Santuario del pueblo vecino. Y un año más, poco antes de las doce del mediodía, las calles históricas de Hondón volvieron a colapsarse de fieles para despedir a la Virgen. Culminaba así la celebración del VI Centenario. Las fiestas de la sagrada tradición.