Cinco personas mayores que estaban sentadas ayer en uno de los bancos de la avenida Alfonso XIII de Elda, junto al parque de Las 300, se vieron afectadas por la caída de una rama de un ejemplar de casuarina, también conocido como pino australiano. La valla que circunda el jardín amortiguó el desplome, con lo cual lo que podría haber sido una tragedia quedo en un tremendo susto.

Inicialmente, los cinco fueron atendidos por rasguños en las piernas y brazos por los sanitarios y la Policía Local. Solo dos se trasladaron al Hospital General Universitario de Elda para descartar posibles daños, así como para aliviarles un ataque de ansiedad. Se trata de un matrimonio. El hombre no presentó herida grave alguna y a la mujer se le realizaron pruebas diagnósticas porque se quejaba de un dolor en el hombro. La tercera víctima acudió al centro de salud Marina Española por su propio pie.

El accidente se produjo a las 18.21 horas, cuando una de las tres grandes ramas en las que se dividía el árbol afectado se desplomó. Desde el departamento municipal de Jardines se indicó, tras un primer examen ocular, que al parecer existía un defecto en la horquilla que separaba el tridente en el que se dividía el tronco, y que a simple vista era imperceptible. El estrés hídrico provocado por las altas temperaturas de estos últimos días ha ocasionado que la madera pierda consistencia y que una de la ramas ceda. Ésta fue la primera hipótesis que se barajó momentos después del accidente.

Los bomberos acudieron al lugar del accidente donde cortaron las ramas para evitar posibles daños. Después, la Policía Local acordonó todo el parque y desalojó a los jubilados que se encontraban sentados en el resto de los bancos. El concejal de Jardines, Fernando Gómez, indicó que «el parque permanecerá cerrado todo el día de hoy hasta que se realice una inspección exhaustiva del resto de los árboles del jardín».

La avenida Alfonso XIII y el parque de Las 300 es una de las zonas más concurridas de la ciudad. Tanto por las mañanas como por las tardes, muchos de los jubilados que residen en este popular barrio utilizan los bancos que están fuera del recinto vallado, en la acera de la avenida y que se convierten en lugares de tertulia, donde pasan las horas.

Los que habían vivido el suceso en primera persona, a penas podían creer como sus compañeros se habían salvado del impacto que la enorme rama le hubiese provocado a los afectados, si la valla no hubiese frenado el golpe. Uno de ellos comentaba que «ha caído sobre los cinco que ocupaban el banco, dos de ellos el matrimonio que siempre se sienta ahí».

Da la casualidad que las frondosas hojas de la casuarina eran las que más sombra proyectaba al banco, con lo que éste era uno de los preferidos de los habituales de este parque.