Los obreros han vuelto al Castillo de Elda. Las obras de reconstrucción del palacio condal se han retomado tras estar paralizadas más de dos años. La Conselleria de Cultura y la empresa adjudicataria han llegado a un preacuerdo, que ha desbloqueado la restauración del inmueble patrimonial más emblemático de la ciudad, que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).

En las conversaciones mantenidas entre la Dirección General de Patrimonio y la empresa adjudicataria se ha acordado que las obras proseguirán hasta que se finalicen, mientras que la empresa aportará un planning con las labores que faltan por realizar así como la reducción de costes que plantea. Será una comisión técnica la que realice un seguimiento de las calidades y la tareas para que la reconstrucción de la fortaleza se ejecute con garantías.

La cuantía de las obras fue la cuestión que frenó la intervención. La empresa pretendía modificar el proyecto para obtener una mayor dotación económica argumentando que habían surgido complicaciones no contempladas en el plan inicial. Sin embargo, tanto la Conselleria de Cultura como el Gobierno local se negaron a que la modificación propuesta suponga un coste adicional. A partir de ahí, las conversaciones se sucedieron sin éxito alguno hasta la semana pasada, en que se vio la luz al final del túnel.

Los trabajos se han emprendido con las excavaciones de la zona en la que se cayó el arco de la puerta de acceso, tras las lluvias. Éste se había reconstruido y no tenía valor histórico alguno, pero sus cimientos todavía pueden aportar datos acerca del pasado de la edificación.

El concejal de Patrimonio de Elda, Amado Navalón, señala que «las obras se han reiniciado gracias a la presión que hemos ejercido semana tras semana en la Conselleria». Además, insistió en que, «desde el Ayuntamiento, lo que queremos es que el proyecto se realice con todas las garantías».

Navalón espera que las obras estén finalizadas en unos cuatro meses, aunque reconoce que, tras las múltiples negociaciones, «soy todavía un poco escéptico a la hora de que se ejecute en tiempo y forma». De todas formas, confía en que se sigan los parámetros determinados por el Plan Director del Castillo de Elda, aunque éste todavía no se haya aprobado.

A lo largo de estos meses de paralización, desde distintas entidades y grupos municipales se ha mostrado la preocupación por el estado de la T10 y su posibilidad de derrumbe ante cualquier corrimiento de tierra provocado por fuertes lluvias torrenciales.

La empresa encargada de la restauración del antemural y la torre T10 desmontó la primera defensa del alcázar y lo apuntaló de forma deficiente. Además, frenó los trabajos a la espera de que se asumiese su demanda de una mayor cuantía económica para hacer frente al micropilotaje y restauración de la pared protectora.

La fortificación fue construida por los almohades a finales del siglo XII, ocupando un recinto poligonal de 2.700 m2 con 10 torres cuadradas. Fue primero alcázar islámico para convertirse en castillo señorial y palacio condal. En en 1848 fue subastado por 121.000 reales, y derribado parcialmente.