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Elda

Amor y terrorismo en la biblioteca

El premiado libro «Patria», de Fernando Aramburu, es el más demandado según los registros de la sala de lectura Alberto Navarro

El perfil del usuario de las bibliotecas es el de mujer de mediana edad. áxel Álvarez

La novela con tintes históricos, la romántica y las de género policiaco triunfan en las Bibliotecas Municipales de Elda. Sus estanterías están llenas de libros pero no todos corren la misma suerte. Mientras unos apenas abandonan el archivo, otros cambian de manos rápidamente.

«Patria» de Fernando Aramburu, Premio Nacional de Narrativa es el más demandado en la Biblioteca Alberto Navarro, donde se han superado los 12.000 préstamos en un año. La novela, que relata los años más oscuros de Euskadi con la banda terrorista ETA, tiene lista de espera.

Asimismo, las escritoras, María Dueñas, Julia Navarro y Dolores Redondo están en los primeros puestos de las más pedidas en el mostrador de préstamos de la sala de lectura. También aparece en lo más alto del listado, la eldense Elia Barceló con su última novela y las reediciones publicadas recientemente: «El secreto del orfebre» A este respecto, la directora de la bibilioteca, Consuelo Poveda, se congratula de que la eldense haya entrado en el ranking. Insiste en que «ya era hora que se reconociese el trabajo de nuestra paisana».

Junto a la narrativa, los libros más pedidos son las biografías. Copan los primeros puestos la de Diana de Gales, la dedicada al narcotraficante Pablo Escobar o la de Felipe VI.

Por otra parte, entre los hábitos de los lectores se observa un nuevo gusto por los autores de la literatura nórdica, que se refleja en las peticiones de los usuarios. Un género que combina la novela negra con un toque de fantasía. El gran boom de la literatura policíaca llegó con el sueco Stieg Larsson y su novela, «El hombre que no amaba a las mujeres». Así el incremento de su lectura favorece que se demanden más relatos de intriga de autores de distintos países.

La poesía -fundamentalmente la urbana- ha experimentado un ligero repunte, según apunta la directora de las bibliotecas municipales Consuelo Poveda. Un pequeño paso para el verso que ha pasado años en dique seco.

El perfil medio de quienes acuden a los centros de lectura se mantiene en mujeres de mediana edad, aunque ahora los hombres también se dejan ver. En 2016, los mayores de 14 años que la visitaron fueron 19.215 frente a las 20.233 que por allí pasaron. En 2017, la cifra se ha incrementado exponencialmente. En la memoria se establece que fueron 35.426 varones frente a 40.904 féminas.

Material audiovisual

Parte de los usuarios acuden para llevarse prestado un libro o material audiovisual (en esta materia, cada vez menos). También son muchos -sobre todo jóvenes estudiantes- los que hacen uso de la sala de lectura, tanto de la Alberto Navarro como del Centro Cívico. Buscan un lugar donde se facilite la concentración. Sólo un pequeño porcentaje consulta publicaciones periódicas como diarios o revistas.

Además cada vez son más los usuarios hacen uso de los ordenadores del centro o de sus propios portátiles, donde además la zona wi-fi es libre. Sólo es necesario un requisito, poseer el carnet de usuario de la red de bibliotecas. Es un síntoma, una transformación, un cambio de la era digital.

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