Un edificio entero ha sido desvalijado en Elda por los ladrones durante las fiestas de Moros y Cristianos que finalizaron en la noche del pasado lunes.
El siniestro se produjo entre las 13 y las 14.30 horas del viernes, coincidiendo con el participativo Traslado de la imagen del Santo desde la ermita hasta el templo parroquial de Santa Ana.
El inmueble asaltado está próximo a la céntrica Gran Avenida, tiene un piso en cada una de las tres plantas y ninguno de ellos se libró del robo.
Los autores parecían tenerlo todo muy bien estudiado. Abrieron la puerta de la calle sin causar ningún destrozo y, una vez en la escalera comunitaria, accedieron al ático para forzar la ventana de la galería. Empleando un taladro eléctrico consiguieron agujerear las puertas -que poseían doble cerradura- hasta que lograron retirar el pasador. Ya en el interior de los pisos se dedicaron a buscar únicamente joyas y dinero, despreciando electrodomésticos o cualquier otro objeto de valor.
El primer vecino en percatarse de lo ocurrido lo hizo al llegar al edificio procedente del trabajo a las 14.30 horas. Y aunque la Policía activó un dispositivo de búsqueda, los ladrones consiguieron huir con un valioso botín.
A los propietarios del primer piso del edificio es la segunda vez que les roban desde el pasado mes de febrero. Una circunstancia que les va a llevar, tanto a ellos como a sus otros vecinos, a incrementar las medidas de seguridad instalando una alarma.
Este nuevo delito contra la propiedad viene a demostrar que la oleada de robos en el centro de Elda no cesa. A finales de mayo este diario ya adelantó que se había registrado en las últimas semanas una decena de robos en el interior de pisos, algunos consumados y otros en grado de tentativa, que comienzan a generar una creciente sensación de inseguridad entre muchos eldenses.
El modus operandi suele repetirse, por lo que podría tratarse de los mismos autores. Se sospecha de varios jóvenes de ambos sexos procedentes de países del Este que emplean una llave maestra para acceder a los domicilios. Al parecer, realizan previamente una vigilancia discreta por la zona y, tras asegurarse de que no hay nadie en el interior, acceden a los mismos tratando de minimizar los daños y dedicándose, únicamente, a sustraer las joyas y el dinero que encuentran porque les resulta más fácil ocultarlos.
Algunas de las viviendas asaltadas hasta la fecha se encuentran en edificios de las calles Quijote, Príncipe de Asturias, Juan Carlos I esquina Donoso Cortes, Francisco Alonso, José María Pemán y cerca de la Gran Avenida y de la estación de autobuses de Petrer.
