Los Moros y Cristianos de Elda, en su versión infantil, inundaron de color y alegría desde la Plaza Castelar hasta Padre Manjón, en un desfile ágil, divertido y vistoso.

La marea azul de los Piratas fue la primera en surcar las calles de Elda en el Desfile Infantil. Los alumnos del colegio Pintor Sorolla dieron vida al boato de apertura del bando cristiano, que mantuvo como seña de identidad el mar. La fuerza de las olas llegó a destrozar un barco, que a duras penas podían recomponerlo. Tras el velero dividido en pedazos, de nuevo el océano apareció cuajado de coloridos animales marinos. Para esta ocasión, la agrupación musical Sotavento cambió el amarillo de su camisa y el pañuelo de la cabeza por el azul del mar.

El desfile continuó con los Estudiantes, Zíngaros, Contrabandistas y Cristianos.

El bando moro entró en escena con los Moros Marroquíes con la leyenda de Aisha Kandisha, un personaje mágico: una mujer hermosa y seductora con unos cabellos largos y de rostro angelical habita los lugares húmedos como mares, ríos, pozos y pantanos.

Aisha, con su magia, es capaz de embrujar y seducir a los soldados durante la guerra hasta que pierden el sentido y una vez conseguido, se transforma rápidamente en una anciana decrépita de pelo sucio y despeinado, una fiera de cruel mirada, para acabar matándolos uno a uno.

Los soldados, cansados de soportar el terror causado por esta terrible criatura, decidieron enfrentarse a sus miedos e intentar, con todo el valor y coraje, capturarla y acabar con ella.

Los guerreros confabularon un plan para capturarla, haciendo que saliera de su guarida en las altas montañas.

Cuando Aisha Kandisha entró en el agua, los soldados la atraparon y la condenaron para siempre. La jaula en la que está encerrada es custodiada por valientes guerreros y su ejército montado a lomos de dromedarios.

Ésta es la leyenda en la que se basó un boato en el que baile cobró gran importancia. Inició el desfile el carro principal, que simulaba las montañas en la que vive el personaje. Tras él, el grupo de baile llegó con un vestuario en tonos blancos y azules que recordaba el movimiento y el rugir del agua de los ríos.

La acción llegó con la jaula donde Aisha estaba encerrada mientras los guerreros custodian a su presa y un grupo de camellos protege a todo el ejército. A este último ballet le puso música la colla de Moros Nuevos de Petrer con la marcha mora «Xavier, el coixo». Las coreografías son de « Desbaratats Teatre» bajo la dirección de Jose Luis Beltrán y se ha contado con la colaboración de los alumnos del taller de teatro de adolescentes de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Elda y el Ballet de Alicia Montava de Cocentaina. En el desfile le siguieron los Moros Realistas, las Huestes del Cadí y los Musulmanes.

Otro de los grandes atractivos de este desfile son los trajes de los pequeños capitanes y abanderadas, que lucen con gracia y que arrancan los aplausos de un público entregado. Los pequeños a lomos de caballos lucen sus mejores galas y, como hacen sus mayores, unen sus manos para saludar a la tribuna de autoridades, que aplauden el paso de los más pequeños.