La Policía Nacional ha desarticulado en Elda una organización criminal compuesta por cuatro hombres y una mujer, a los que se acusa de cometer presuntamente delitos de usurpación de identidad, falsedad documental y estafa. Se han localizado más de 100 víctimas de los delitos de este grupo, las cuales se encuentran repartidas entre las provincias de Alicante y Murcia, y el importe de las facturas estafadas asciende aproximadamente a 2.100 euros.

La investigación se puso en marcha cuando un ciudadano denunció a los agentes de la Policía Nacional de Elda-Petrer haber sido víctima de una usurpación de su identidad y falsedad documental, ya que habían falsificado su firma para contratar un servicio en una compañía eléctrica sin su consentimiento. Una vez recopilada toda la información, los investigadores de la Comisaría se percataron de que el «modus operandi» era muy similar al de otros casos denunciados, por lo que sospecharon que podía tratarse de los mismos autores.

Reparto de funciones

Las posteriores pesquisas permitieron averiguar que se trataba de un grupo compuesto por cinco personas con un claro reparto de funciones y una misma finalidad, la obtención de un beneficio económico mediante la realización de conductas supuestamente delictivas basadas en el delito de usurpación de identidad, falsedad documental y estafa.

El grupo operaba principalmente en las provincias de Alicante y Murcia y el «modus operandi» se repetía. Se personaban en los domicilios de las víctimas, generalmente personas de avanzada edad, y aseguraban pertenecer a una compañía eléctrica. Así se ganaban su confianza. Acto seguido les ofrecían una rebaja en el consumo eléctrico, solicitándoles en ese instante la última factura de la luz y su DNI. Una vez tenían la documentación en su poder hacían fotografías de la misma para, posteriormente, realizar de manera ilegal falsos contratos con otras compañías a nombre de las víctimas. Éstas solo se percataban de la estafa cuando les llegaban los recibos de otras compañías, en cuyos contratos figuraban sus firmas falsificadas.

Uno de los arrestados era el «jefe de equipo» y comercial del grupo. Según se desprende de la investigación policial, su misión era aportar todas las altas fraudulentas de las víctimas y realizar personalmente altas ficticias. Otro de los detenidos iba a las casas ofreciendo servicios de la supuesta compañía eléctrica para posteriormente realizar los contratos ficticios sin el consentimiento de sus titulares, mientras que los otros tres también se dedicaban a labores de comercial.