La Entradica Mora se suspendió al poco de comenzar por la decisión de la Junta Central de Comparsas. Los Moros Marroquíes y Realistas marchaban por las calles de Elda cuando les sorprendió una intensa lluvia que obligó a los festeros a buscar refugio.

Sin embargo, tres minutos después la tormenta paró ante el júbilo de los comparsistas, deseosos por retomar su desfile, pero se encontraron con la orden de suspensión por parte de la Junta Central. Los marroquíes decidieron continuar el pasacalles hasta el final pese a la negativa del organismo festero y a una banda que declinó seguir en el desfile, llegando a la Plaza Castelar brindando un cálido aplauso al resto músicos que completaron el trayecto junto a ellos.

Por su parte, las bandas de los Realistas tocaron pasodobles para agilizar el traslado de la comparsa hasta su sede, pero en la calle Dahellos los festeros azules se plantaron y se escucharon varios gritos de "Junta Central dimisión" y "queremos marchas moras". Los músicos hicieron caso al clamor social y las marchas sonaron de nuevo desatando la alegría realista, que retomó la marcha hacia la calle Jardines, pero se encontró con la calle Juan Carlos I cortada, teniendo que continuar por Jardines hasta la calle Barberán y Collar, dirección a la sede de la comparsa.

En ese momento se dio por concluido el desfile "extraoficial", sonando de nuevo pasodobles para acompañar a los cargos festeros, justo cuando la lluvia arreció de nuevo con fuerza para no parar durante horas.

En cuanto a los Moros Musulmanes y Huestes del Cadí, no pudieron siquiera arrancar la Entradica, pero cumplieron acompañando a sus cargos festeros. La colla de los Musulmanes aguantó el chaparrón hasta el domicilio de la capitanía, interpretando la conocida marcha "Elda Musulmana" mientras que los festeros cantaban con alegría a pesar de la tormenta.