La población de Petrer recupera este martes la normalidad tras cinco días de fiesta, donde todo ha girado entorno a los Moros y Cristianos en honor a San Bonifacio, Mártir. Hoy es momento de añoranzas y silencios pero ayer lo fue de algarabía, pasodobles y estruendo.
A las diez y media de la mañana arrancó la última jornada con la Tradicional Guerrilla, a la que le siguió a las doce del mediodía la Estafeta, el acto de fuego previo a la Embajada Cristiana y el posterior asalto con el que se rinde al moro y se conquista la villa. También por la tarde retumbaron las calles al paso de arcabuces y cañones. Fue antes de las cinco con el Alardo en la Subida del Santo a su ermita, donde se celebró la Misa de Acción de Gracias por unas fiestas plenas y felices. El cielo amenazaba lluvia cuando San Bonifacio salió de la iglesia de San Bartolomé. Pero la tormenta pasó de largo y la venerada imagen cubrió el trayecto pasadas las siete y media de la tarde.
Un 15% más de festeros ha participado en los actos de arcabucería este año frente al anterior. Algo más de 350 tiradores de un total de 420 licencias de armas que la Unión de Festejos San Bonifacio, Mártir, espera aumentar a 500 en las fiestas de 2019. En estos momentos las diez comparsas están adaptándose a la nueva normativa de la pólvora que en Petrer se aplicará, por vez primera, en la Festa del Capitans del próximo noviembre. «Y no lo hemos hecho este año porque cuando recibimos la documentación ya fue muy tarde», explicó el presidente de la Unión de Festejos, Vicente Mateo, para quien «la nueva normativa es menos rígida y más ventajosa porque permite a los festeros disponer de dos kilos de pólvora por acto. Y esto contribuirá a que la participación crezca hasta alcanzar los niveles que Petrer tenía en los Alardos y Guerrillas», aventuró.
A partir de las nueve de la noche de ayer se vivió el momento más emotivo para los petrerenses de las diez comparsas de Moros y Cristianos. Especialmente para capitanes, abanderadas y rodelas. Tanto para los que se despiden del cargo con tristeza como para quienes lo reciben con alegría y bajan de la ermita con pasodobles y salas de arcabucería.
Las capitanías de 2019
Santiago, Natalia y Martina Rodríguez por la comparsa de Estudiantes; Roberto Artillo, Zuleyma Corbí y África Fernández por los Labradores; Juan Vicente Ibáñez, Virginia Sierra e Isabella Ibáñez por los Vizcaínos; Pedro Luis Jiménez, Almudena González y Ainhoa Sáez por los Marinos; David, Virginia y María Amat por los Tercios de Flandes; Sergio y Aranzazu Poveda y Lucía Arenas por los Moros Viejos; Víctor Antón, Lourdes Torá y María Romero por los Berberiscos; Antonio Pina, Beatriz García y Athenea Pina por los Moros Fronterizos; Pablo Cruz, Begoña Navarro y las hermanas Martina y Begoña Carrión -las hijas de la alcaldesa Irene Navarro- por los Moros Nuevos y, por último, cierra el listado Víctor Manuel y Nadia Juárez y Sofía Belda por los Moros Beduinos.
Con todos ellos y ellas empiezan desde hoy las fiestas de 2019.
