La muerte del petrerense de 16 años atropellado por un camión en la madrugada del sábado en la autovía de Alicante-Madrid ha conmocionado a la población de Petrer. La zona donde se produjo el suceso es de difícil acceso y está acotada con vallas de tal modo que, en un primer momento, se barajó la hipótesis de que la invasión de la peligrosa A-31 fue voluntaria, o bien fruto de una terrible imprudencia o confusión.

Sin embargo las investigaciones realizadas por la Guardia Civil de Tráfico han seguido avanzando y, según ha podido saber este diario por fuentes cercanas al caso, los indicios obtenidos y los testimonios recabados apuntan a que la causa de la muerte pudo haberla desencadenado un desafío entre amigos. Un temerario «juego» consistente en cruzar los dos carriles de cada sentido de la circulación esquivando los vehículos en plena noche. Un reto que podrían haber estado grabando con sus teléfonos móviles otros dos menores para, posteriormente, compartir la «proeza» con el resto de la pandilla a través de las redes sociales.

Como este diario ya publicó el sábado en su edición digital, el adolescente falleció en el acto, a las 0.05 horas del mismo sábado, tras ser arrollado por un camión que circulaba por el carril izquierdo en sentido Alicante-Madrid. Fue en el punto kilométrico 203, concretamente a la altura del castillo, sobre el puente de la rambla de Puça y al paso de la A-31 por las inmediaciones del casco antiguo.

El conductor del camión, un hombre de 32 años, fue el primero en alertar de lo sucedido a Emergencias tras conseguir detener la marcha sin colisionar con el tráiler que estaba adelantando en ese momento. La Guardia Civil y la Policía Local de Petrer llegaron al lugar cinco minutos después de producirse el siniestro. También se movilizó una unidad del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU), cuyo equipo médico tuvo que asistir al conductor al sufrir una crisis de ansiedad por el «shock» emocional.

La Guardia Civil de Tráfico no pudo averiguar la identidad del fallecido hasta el mediodía del sábado porque la víctima no portaba documentación y, tras el atropello inicial, el cuerpo fue arrollado por varios camiones y turismos que dejaron el cadáver irreconocible. Al parecer los amigos con los que se encontraba -podrían ser al menos dos- huyeron del lugar asustados y no desvelaron lo ocurrido hasta que al día siguiente se derrumbaron.

La peligrosa moda juvenil de grabarse en situaciones límite parece ganar cada vez más adeptos y recuerda al «juego del torero», que se extendió hace diez años en Bélgica. Una prueba con adolescentes compitiendo por aguantar el máximo tiempo en las vías, antes de saltar, frente a un tren que se acerca a gran velocidad.