La parroquia de San Francisco de Sales de Elda dedica su misa de esta tarde -20 horas- al obispo claretiano Pedro Casaldáliga, que ha cumplido 90 años y sigue ayudando al pueblo amazónico a salir de la marginalidad, y también al arzobispo Óscar Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 por los escuadrones de la muerte mientras decía misa en El Salvador.

Llega la Semana Santa. Buen momento para recordarles...

Todos los momentos son buenos para recordar a dos santos. Y la Semana Santa de Elda también lo es pero hay cosas que no me gustan.

¿Cómo cuáles?

En nuestras procesiones sobran los legionarios desfilando junto a los pasos. Puedo entender su presencia en lugares como Málaga y Cartagena, donde hay tercios de la Legión, pero en Elda no pintan nada. Ni siquiera forman parte de la tradición porque solo llevan dos años participando en los actos.

¿Está en contra?

Sí. Es mi opinión y entiendo que habrá opiniones totalmente diferentes a la mía que, por supuesto, respeto. Hay mucha gente que llora al paso de la Legión y creo que los legionarios también tienen derecho a desfilar por Elda. Pero no me gusta que lo hagan junto a las imágenes de la Semana Santa. No viene al cuento cuando lo que celebramos, precisamente, es la muerte y resurrección de Jesús. Un hombre bueno y de paz al que los soldados romanos llevaron al calvario.

En cualquier caso a su templo no le afecta porque carece de cofradías y tampoco procesiona ninguna de sus imágenes...

Es cierto y es algo que se mantiene así desde que la parroquia inició su andadura hace 54 años. Pero también es cierto que hay muchas personas de esta parroquia que pertenecen a la Mayordomía de San Antón, incluida la presidenta. Y, además, José Santa -actual comisario de la Semana Santa Eldense- pertenece a la comunidad de San Francisco de Sales y su familia es de la Cofradía de la Santa Cena.

¿Y qué caracteriza a sus parroquianos?

La lucha por los trabajadores y la defensa del trabajo digno. Llevo seis años aquí y me gusta ese espíritu, aunque con anterioridad he estado ayudando en una casa de acogida para toxicómanos en Vallecas, y en un barrio gitano de Puertollano, en Ciudad Real.

¿Suprimiría las procesiones?

No. En absoluto. Yo creo y defiendo este tipo de manifestaciones de religiosidad popular. Y también respaldo que los cristianos podamos manifestar nuestra fe en la calle. Lo que rechazo son los adornos que le ponemos a la Semana Santa y algunas decisiones un tanto «frikis» que se han adoptado en la ciudad.

Ponga un ejemplo.

Nombrar pregonero al torero Francisco Rivera Ordóñez como ocurrió el año pasado.

¿También considera que las Cofradías y Hermandades son adornos de la Semana Santa?

No. Tienen una función muy importante pero conviene recordar a sus miembros, y yo ya lo he hecho más de una vez, que uno de sus fines fundacionales es ayudar a los pobres; y a ello deben destinar un porcentaje de sus presupuestos. Ser cofrade no es solo echarse muchos kilos a la espalda en los ensayos. Es mucho más y no debemos olvidarlo.

¿Sabe que su postura va a generar críticas?

Bueno, ya tengo las espaldas muy anchas pero debemos ser tolerantes y respetar a las ideas de los demás aunque no las compartamos. Además (ríe), tampoco hay que darle tanta importancia porque son las opiniones de un cura que está un poquito loco.