La tradición volvió a cumplirse ayer en Sax en el cuarto y penúltimo día de las fiestas de Moros y Cristianos. El patrón de la villa llegó a la plaza de la ermita a las 12.45 horas y, tras las típicas «vueltecicas» a hombros de los Amigos de San Blas, bajo la lluvia y los acordes del Himno Nacional, se dio por finalizada la emocionante procesión de Subida del Santo. Así arrancó ayer el principio del fin de los festejos que se cierran en el día de hoy.

A pesar de que la predicción meteorológica anunciaba lluvias para la mañana del Día 4, lo cierto es que el acto de arcabucería se desarrolló con absoluta normalidad, y sólo comenzó a llover cuando todas las comparsas habían completado el festejo y la venerada talla había alcanzado la plaza de San Blas, donde se encuentra la histórica ermita a los pies del castillo. Fueron apenas veinte minutos de lluvia porque, a continuación, el frente nuboso ha pasado de largo y los festeros de las ocho comparsas iniciaron el alegre acompañamiento de sus respectivas capitanías. Pero antes desfilaron delante de la imagen del patrón de los sajeños para realizar la respetuosa despedida una vez que San Blas volvió a su ermita.

Por la tarde y a pesar de los 8 grados que marcaba el termómetro, el desfile de comparsas y entrada del embajador moro registraron una significativa participación. La reconquista de la villa por parte de los cristianos tras la embajada de la media cruz y el acto de acompañamiento de capitanes cerró la jornada. Curiosamente el llamado «Milagro de San Blas» que permite a la localidad celebrar sus fiestas cada febrero sin lluvias ayer se evidenció más que nunca, ya que tras el último evento y una vez los festeros llegaron a los cuarteles se desató una gran tormenta.

Sax dirá adiós hoy a sus fiestas con el emotivo relevo de capitanes de comparsas por la mañana, mientras que por la tarde, los nuevos cargos festeros presidirán el desfile hasta la ermita de San Blas.