La Guardia Civil ha detenido en la pedanía murciana de La Alberca a un hombre de 36 años y nacionalidad rumana. Se le considera el presunto autor de un delito de hurto de joyas cuyo valor en el mercado habría ascendido a más de 10.000 euros.

A finales de verano del año pasado acudió a una joyería de Monóvar un cliente interesado en comprar varias piezas de oro. Le dijo a la dependienta que le enseñara varias joyas, y se decidió por cinco de ellas: dos colgantes de oro con piedras preciosas, dos cadenas de oro y un reloj valorados en 10.000 euros. Para asegurarse su compra, entregó a cuenta 100 euros y pidió que se las guardara en un joyero, que lo precintara y lo guardara en una bolsa, que pasaría a por ellas más tarde cuando ya tuviera el dinero. Sin embargo, este cliente nunca regresó.

La dependienta, extrañada por el modo de actuar de este cliente, sacó el joyero que había guardado con las joyas y al abrirlo descubrió que estaba completamente vacío. Es más, cuando revisó las cámaras, se dio cuenta de que la había estado distrayendo hábilmente mientras él sustraía las joyas.

Los agentes iniciaron entonces la búsqueda de indicios que llevaran a la identificación de este hombre misterioso que apenas dejó huellas. Realizaron una minuciosa inspección ocular del lugar y analizaron exhaustivamente las grabaciones de las cámaras de seguridad hasta que lograron identificarlo.

Se trataba de un delincuente escurridizo que en un año viajó varias veces a su país de origen y cambió en diversas ocasiones de domicilio para intentar despistar a los agentes, pero que finalmente, durante el pasado mes de noviembre, fue localizado y detenido en la pedanía murciana de La Alberca.

A este rumano de 36 años se le ha detenido por ser el presunto autor de un delito de hurto de joyas valoradas en 10.000 euros, y tras pasar a disposición judicial ha quedado en libertad con cargos.