Un grupo de aficionados a la meteorología ha creado un grupo denominado MeteoVinalopó con el objetivo analizar y estudiar la situación climatológica del Medio Vinalopó y determinar en qué medida afecta el cambio climático a la naturaleza y a la agricultura de la comarca. Otro de sus fines es crear un banco de datos conjunto que permita ofrecer un histórico de los registros de las temperaturas y las lluvias.

La formalización del colectivo se selló con una jornada medioambiental, que comenzó con una excursión desde el área recreativa hasta el nacimiento de Caprala. En el recorrido se observaron áreas de dunas interiores y los efectos de las lluvias del pasado invierno en las ramblas.Se observó el efecto de las escorrentía y los abundantes arrastres de materiales por la fuerza del agua.

Después, de vuelta al área, el climatólogo y miembro de la asociación, Lluís Francés, impartió una charla sobre los efectos del cambio climático , especialmente en el Medio Vinalopó. Se contó con una tertulia posterior en la que participaron los miembros fundadores aportando opiniones sobre los distintos aspectos que se abordaron en la conferencia.

Casi medio grado centígrado ha aumentado la temperatura desde la década de los 80 del siglo XX hasta la actualidad, según indicó Francés. Una situación que afecta no sólo a la agricultura sino también al comercio. Ni los agricultores saben cuándo y qué plantar con las sorprendentes oscilaciones de los termómetros ni los comerciantes aciertan con la ropa de abrigo al inició de la temporada.

Tampoco el régimen de lluvias es el más habitual en los últimos años. En la comarca del Medio Vinalopó, las estadísticas arrojan más litros de lluvia en verano y en invierno cuando, con anterioridad, los aguaceros marcaban las estaciones de primavera y otoño.

En la charla, Francés también ofreció datos globales a nivel peninsular. Entre ellos destacó que «este año de 2017, ha sido funesto en muchos aspectos a nivel global peninsular, pasará a los anales de la historia como el segundo más caluroso desde que se iniciaron los registros, a finales del siglo XIX. El climatólogo insistió en que «ya es innegable la mano del hombre sobre el calentamiento global, cuyo efecto más visible en la Península es la sequía y los incendios forestales».

«Aquí llueve poco y mal: el año hidrológico ha cerrado con 551 litros por metro cuadrado, lo que representa un 15% menos de la media histórica, situada en 648 litros», subrayó.