El alcalde, Rubén Alfaro, ha sorprendido, en las últimas semanas, con un incipiente bigote. Su nuevo «look» se debe a una acción solidaria y tiene mucho significado. Se suma, así, al movimiento Movember. Y ello, con un objetivo: llamar la atención y, si se puede, recaudar fondos para programas de investigación del cáncer testicular y de próstata. Es una excusa para que se hable de la salud de los hombres. Así con este mostacho se convierte en un «MoBro» y forma parte de una legión de varones de todo el mundo dispuestos a concienciar sobre la prevención de estas enfermedades.

El bigote es al tumor masculino, lo que el lazo rosa es al de mama. La acción quiere que se preocupen por su salud y revisen sus próstatas y testículos.

Alfaro indica que el objetivo se ha conseguido. «Son muchas las personas que me han preguntado por el bigote y la cuestión me ha dado la oportunidad de explicar a qué se debe y el trabajo de la fundación, que recauda fondos con el fin de investigar sobre estas enfermedades». Al mismo tiempo señala que «de una forma sencilla se hacen visible unas enfermedades, que todavía son tabú».

El del alcalde tiene fecha de caducidad. El reto de esta campaña solidaria es presumir de bigote desde el 1 hasta el 30 de noviembre. La iniciativa se la puso en mente el equipo de rugby El Monastil y los peluqueros de una barbería «vintage» eldense, donde el alcalde acude frecuentemente. La primera autoridad recogió el guante y accedió a dejarse bigote. «Era algo que nunca había pensado, a pesar de que mi padre lo ha llevado media vida», apostilla.

La Fundación Movember (Moustache + November = Movember) ha logrado poner de moda el bigote con causa. La campaña Movember, creada en 2003, invita a los hombres de todo el mundo a dejarse crecer un mostacho a lo largo del mes para sensibilizar sobre las enfermedades masculinas, como son el cáncer de próstata y el testicular.