El Ministerio de Fomento está ejecutando en estos momentos el tramo de la autovía A-33 que unirá València con Murcia, desde Cieza hasta La Font de la Figuera, justo en los enlaces con la autovía A-31 de Alicante-Madrid, en los términos de Villena y Caudete, y con la autovía Almansa-Xátiva, que se halla situada en la localidad valenciana de La Font de la Figuera.

Para llevar a cabo la fase final de las obras de la variante de trazado de la A-31, que suprimirá el peligroso tramo villenense de las tres curvas de «El Angosto», entre los puntos kilométricos 172+900 y 174+600, se van a realizar cortes de calzada y desvíos de tráfico a lo largo de todo el mes de noviembre. Esta actuación, esperada en la comarca del Alto Vinalopó desde hace décadas, permitirá acabar con un punto negro de la A-31, tanto en sentido Madrid como en sentido Alicante. Una zona de trazado sinuoso, situada en las inmediaciones de la cárcel de Villena, donde cada año se registran numerosos accidentes de tráfico. La mayoría con heridos de distinta consideración y algunos de ellos con resultado de muertemuerte.

Tal y como puede apreciarse «in situ», el tajo ha avanzado mucho con el movimiento de toneladas de tierra, la acometida de los drenajes, el inicio de la construcción de las estructuras y la disposición de los aglomerados del firme. Fomento ha comenzado en estos días a desarrollar la última fase de ejecución de esta variante de trazado, que consiste en su entronque con la actual autovía de Madrid. Para ello se requiere un corte de calzada de la A-31 y la ordenación del tráfico en un carril por cada sentido en una única calzada durante un tramo de dos kilómetros de longitud. Asimismo, se eliminará el actual enlace número 173, por el que se conecta con la CV-656 a Fontanars dels Alforins y al establecimiento penitenciario Alicante II de Villena. Para suplirlo habrá una reordenación del tráfico desde el enlace número 175 de la autovía.

Trabajos ininterrumpidos

Durante todo el mes de noviembre está previsto que los operarios trabajen 24 horas al día, y los siete días de la semana, de forma ininterrumpida. Asimismo, desde el Ministerio se ha informado de que la decisión de acometer esta fase durante noviembre, en el penúltimo mes del año, se debe a que se trata de uno de los periodos con menos tráfico en la peligrosa y colapsada autovía de Madrid.

Por otra parte continúan, según la planificación prevista, las obras del resto del tramo de carretera que unirá las A-31 y A-35 entre Caudete y La Font de la Figuera. Un proyecto que «va en plazo y a buen ritmo», según se ha indicado a este diario desde Fomento.

Tres años de retraso

La construcción de los 11 kilómetros de la variante de La Font de la Figuera-Villena de la A-33, la esperada autovía que conectará València y Murcia a través del norte de la provincia de Alicante por un trazado de 90 kilómetros que atraviesa el Altiplano, debería haber finalizado en junio de 2014. En noviembre de 2013, tal y como este diario avanzó, la obra superaba ya el 50% de la ejecución programada. Sin embargo volvió a ralentizarse y el retraso ya va camino de los tres años y medio.

Este proyecto lo retomó Fomento a mediados de 2013 después de un «parón» de varios años debido, fundamentalmente, a la falta de consignación presupuestaria del Gobierno central para acometer el tramo valenciano-alicantino de la nueva autovía. Una infraestructura que conectará tres corredores de gran importancia entre la meseta y la costa. Concretamente la A-31 de Madrid pasando por Albacete, Almansa, Villena, Petrer y Elda; la A-30 que comunica Madrid con Albacete, Murcia y Cartagena pasando por Hellín y Cieza y la A-35 que comunica València desde Xàtiva con Albacete por Almansa.

Se trata, en definitiva, del desdoblamiento de la N-344 para desatascar un eje viario que soporta un creciente tráfico de mercancías. De hecho, los recorridos entre Murcia y València que se realizan por la N-344, desde la A-30 en Blanca hasta la A-35 en Font de la Figuera, registra un porcentaje de vehículos pesados superior al 27%. Y ello, unido a la progresiva congestión del itinerario costero, justifica la necesidad de crear una vía alternativa de gran capacidad. Una nueva arteria para la N-344.