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Elda y Novelda

Detectan cromo en el río Vinalopó

La presencia de este metal pesado, utilizado en los curtidos de piel, se ha localizado en el cauce próximo a la depuradora

El cauce del río Vinalopó, en junio, tras el vertido de aguas fecales procedentes de la depuradora de la Mancomunidad ubicada en Elda. ÁXEL ÁLVAREZ

El sustrato geológico es el principal factor que condiciona la calidad del agua del río Vinalopó. Pero la contaminación antrópica que produce el hombre también causa alteraciones que se localizan en puntos concretos. Son algunas de las conclusiones de un estudio reciente en el que ha colaborado el Observatorio del Vinalopó (OVi) para conocer las características hidroquímicas del agua y la vegetación y valorar los impactos de origen humano.

El trabajo ha sido desarrollado por el biólogo Adrián Alberola Santo, delegado del OVi en Monóvar, y se ha centrado en el tramo del río situado entre Elda y Novelda. Una vez analizados los factores hidroquímicos como el pH, carbonatos, conductividad, ICP y cromotografía, el experto ha realizado un estudio de campo del bosque de ribera y de los impactos antrópicos. De este modo ha podido detectar la presencia de cromo en las aguas próximas a la depuradora. Un metal pesado que se utiliza en la industria de los curtidos de piel y que, en grandes cantidades, puede provocar problemas de salud y contaminación. «Otros elementos, como el cemento del cauce, también influyen tanto en el agua como en la vegetación e impiden la depuración natural del propio río», ha indicado Alberola puntualizando que «los sistemas fluviales son ecosistemas de gran biodiversidad y valor ambiental que configuran corredores naturales desde las montañas hasta el litoral. No obstante, debido a la sobrexplotación y a la contaminación están perdiendo su calidad natural. Es el caso del río Vinalopó que se encuentra en estado de degradación». Es una de las conclusiones a las que llega el autor de una investigación que se ha desarrollado siguiendo una metodología rigurosa y bajo la dirección del geólogo Jaime Cuevas, profesor e investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra de la UA.

«El terreno, la geología, por donde pasa el río o sus ramblas es lo que más condiciona la calidad del agua y su composición, haciendo que no sea apta para regar, por su alta salinidad, para beber o para usos industriales, por la calcificación de los conductos», concluye el biólogo del OVi.

Promover la investigación

Para los ecologistas del Observatorio del Vinalopó sería deseable que se mantuviese esta misma metodología en el tiempo para correlacionar el estado del agua con posibles vertidos químicos o cambios de usos en el territorio. La presidenta del colectivo, Ana Campo, también considera fundamental promover la investigación. «Es importante para conocer el estado real del río y evaluar cómo cambia a lo largo del tiempo. Creo que será el conocimiento científico profundo de nuestro río el que nos dé la capacidad de adoptar aquellas soluciones que antes remedien su degradación», subraya la responsable del OVi.

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