La Cremà de los monumentos puso ayer fin a las Fallas de Elda, cuatro días de celebraciones que han vivido con especial intensidad la Fallera Mayor, Andrea Martínez, junto a la infantil Elia Bernabéu.

Han sido días de incertidumbre porque la climatología no acompañó el viernes por la tarde y el sábado al mediodía, pero también de unión y hermanamiento entre los festeros que han aguardado expectantes y de forma estoica para salir a la calle e inundar cada rincón de la ciudad de la alegría que caracteriza estas fiestas.

La Fallera Mayor manifestó que, pese a que ha sido una pena ver cómo los monumentos se mojaban, «hay que intentar sacar la parte positiva y pensar que al menos el jurado pudo valorar los diseños sin fallos, antes de que lloviera».

Andrea Martínez vivió ayer un día con los sentimientos a flor de piel. Ya en la Cremà de la «Residencia El Catí», que tuvo lugar por la mañana, se emocionó al ver cómo el fuego se convertía en el protagonista indiscutible y comenzaba a reducir a cenizas los monumentos. A la una y media del mediodía, tanto las Falleras Mayores como sus damas de honor, Junta Central y autoridades se desplazaron hasta la rotonda denominada «Fallas de Elda», ubicada frente al Mercado Central, para asistir a la mascletá a cargo de pirotecnia La Alpujarreña.

La Fallera Mayor de Elda se ha convertido en una experta del maquillaje y la peluquería y, pese a que ha contado en ocasiones con la labor de los profesionales para los actos principales, ella misma se ha peinado y retocado durante estos cuatro días, sin dejar rastro del cansancio acumulado por el intenso programa de actividades. En las últimas semanas, su vida ha sido una carrera constante de viajes, pruebas y preparativos por lo que «no ha habido más opción que aprender a arreglarme sola para estar lista en cualquier momento», según ha precisado a este diario.

Ya por la tarde, impecable con un vestido en color teja, sus grandes ojos no podían disimular la vorágine de sentimientos en los que la euforia e ilusión se entremezclaban con los nervios y el llanto. En la Procesión en honor a los Patronos de la fiesta, San Crispín y San Crispiniano, hizo realidad su principal deseo al pedir que «el pueblo de Elda arrope a los Falleros» puesto que el acto contó con la presencia de cientos de personas que se congregaron por todo el recorrido desde la iglesia La Inmaculada.

A las once de la noche comenzó la Cremà de la Falla Oficial y seguidamente ardieron el resto de monumentos de los distintos barrios. Estaba previsto que a la una de la madrugada ardiera la Falla Huerta Nueva, comisión que este año está de enhorabuena al obtener los dos primeros premios así como ocho banderines.

Andrea Martínez se despide de las Fallas 2017 con el deseo de que «el fuego queme todo lo malo y empecemos esta nueva etapa con ilusión».Una vez finalizadas las fiestas queda un largo año de actos en los que las Falleras Mayores seguirán representando a la ciudad y transmitiendo su pasión por estas fiestas a todos los eldenses.