La nueva alcaldesa está casada, tiene 35 años y desde hace tres es madre de dos niñas mellizas. Se diplomó en Óptica y Optometría por la Universidad de Alicante y durante cinco años trabajó en la localidad malagueña de Rincón de la Victoria antes de regresar a su pueblo natal. Tras permanecer la pasada legislatura en la oposición con el PSOE, en las últimas elecciones asumió por vez primera responsabilidades de gobierno tras el pacto con EU y Compromís que desbancó del poder al PP. Hasta que el mes pasado fue investida alcaldesa, Irene Navarro dirigía las concejalías de Fiestas, Mercado, Comercio, Servicios Generales y Cementerio.

Siendo la número dos en la lista electoral ¿no pensó nunca que podría ser alcaldesa?

Jamás soñé que sería alcaldesa de mi pueblo. Yo siempre he sido la apuesta personal de Alfonso Lacasa, desde que me metió en su lista sin que ni siquiera estuviera afiliada, pero para mí el referente siempre ha sido él y no podía imaginarme algo distinto.

¿Y cuál fue su reacción cuando Alfonso Lacasa le comunicó que estaba llamada a relevarle?

El impacto inicial fue importante. Primero sentí vértigo y nervios por lo que la decisión suponía y luego me inundó el sentido de la responsabilidad y el compromiso con mi pueblo.

Se habla de «jugada política»...

En absoluto. La dimisión de Alfonso responde a problemas reales de salud y su honestidad política es incuestionable. A su entorno más cercano nos lo comunicó dos semanas antes de que el diario INFORMACIÓN se adelantara y lo hiciera público. En ese momento todos los compañeros del grupo municipal socialista me dijeron que yo ocupaba el puesto número dos y era la que debía sustituirlo. Fue un proceso natural.

Pero hubo voces críticas entre los socios de gobierno...

Pues cuando tomé posesión como alcaldesa me sentí muy respetada y apoyada por todos. Tanto por el gobierno como por la oposición. En este caso PSOE, EU y Compromís hemos dejado a un lado nuestras siglas políticas para trabajar sin fisuras en un gobierno de izquierda progresista que contribuya a mejorar la vida de todos los vecinos y vecinas de Petrer.

¿Un tripartito que da muestras de agotamiento?

Todo lo contrario. Un tripartito que después del ecuador de la legislatura está más fuerte y unido que al principio. Ya hemos alcanzado el 70% de todos los objetivos que nos planteamos hace dos años y la comisión de seguimiento del pacto ya está trazando nuevas metas para seguir avanzando.

¿Algún gran proyecto?

Proyectos faraónicos no los hay porque tampoco están contemplados en el pacto de gobierno.

¿Encabezará la lista del PSOE en las próximas elecciones?

Es algo que sinceramente no me he planteado. Tengo dos años por delante para pensar si sigo o no en el Ayuntamiento.

¿Es una ventaja o un inconveniente ser la primera mujer alcaldesa de Petrer?

Soy consciente de que asumir la Alcaldía siendo mujer es doble responsabilidad porque en esta sociedad a la mujer todavía se le exige más y se le mira con más minuciosidad que al hombre.

El cambio llega a su vida...

No creo que cambie demasiado. El trabajo, el sacrificio y la responsabilidad con mi pueblo es el principal motivo por el que he aceptado el reto. Voy a ser la alcaldesa de todas y de todos pero también voy a continuar acudiendo con mi pareja al parque a jugar con mis hijas, al mercado a comprar y también seguiré desfilando cuando pueda con mis amigas en los Moros Nuevos, que es mi comparsa de toda la vida.

¿Y en su esfera privada cuál es su prioridad?

La familia. Es lo más valioso que tengo, mi pilar fundamental, y hay que cuidarla poniendo límites a la vida institucional y política cuando la ocasión lo permita aunque sea la alcaldesa de Petrer.

Además de ser la primera alcaldesa de la ciudad es de las pocas de la provincia con tatuaje.

Bueno (sonríe) es un tatuaje tribal que me hice en la espalda hace muchos años y me gusta mucho.

Escucho voces infantiles...

Sí (ríe) son mis pequeñas que están en el despacho de la secretaria y han venido a verme ahora que están de vacaciones.