La asociación vecinal del barrio Casa de la Juventud lleva siete años esperando que el Ayuntamiento resuelva la precaria situación del edificio ideado para los más jóvenes de Elda y que fue declarado en ruina en 2010 por la deficiente situación de su tejado, o que por contra se le ofrezca un local dentro de su distrito donde celebrar sus reuniones y asambleas.

El vicepresidente de la asociación, Manuel Soto, señala que el problema no es que no se tenga una sede. La falta de un espacio común está ocasionando que la asociación vecinal esté casi desactivada y en peligro de desaparición. Soto se queja e indica que «otras muchas asociaciones utilizan sedes que les ha cedido el Ayuntamiento». Y esto mismo es lo que reclama una asociación que acaba de cumplir dos décadas de historia.

Además suspiran por el local que tuvieron que dejar en la Casa de la Juventud. Soto asegura que no sería tan difícil rescatarlo, ponerlo a punto y cedérselo, de nuevo, a la asociación de vecinos. Además indica que «tiene una pista de futbito ideal para que los jóvenes practique deporte allí». Pero el edificio es propiedad de la Generalitat Valenciana y sería necesario que se le entregará al municipio para que los vecinos lo pudieran utilizar.

Esa no parece ser la intención del Ayuntamiento ni la de la Generalitat. El pasado mes de marzo, la vicepresidenta del Consell y consellera de Bienestar Social y Juventud, Mónica Oltra, visitó Elda para evaluar el estado de la Casa de la Juventud y ver las posibilidades de transformarla en un centro de día para la Asociación de Familiares y Amigos de Alzheimer de Elda, Petrer y comarca (AFA).

La agrupación vecinal inició su periplo cuando se le desalojó de la Casa de la Juventud. De allí se trasladaron a un local privado que pagó el Ayuntamiento durante un año y estuvieron un tiempo en El Alminar, espacio que actualmente ocupa la Junta Central de Fallas. Después guardaron sus enseres en un almacén del Polígono 25. Allí siguen esperando que la asociación tenga un lugar fijo donde ubicarse.