Un horno es en lo que parece haberse convertido el centro de salud Villena I durante las últimas semanas por la persistente ola de calor unida al mal funcionamiento del sistema de aire acondicionado. Tal es así que ayer, a las ocho de la mañana, el termómetro ya marcaba dentro del edificio 30 grados centígrados. Una temperatura que subió a los 32 grados a primera hora de la tarde. Así que a los profesionales sanitarios y pacientes no les quedó más remedio que combatir el sofocante calor utilizando los métodos tradicionales. Con todas las ventanas abiertas en las salas de espera para que corriera el aire, dándole caña al abanico y haciendo uso en las consultas de los pocos ventiladores disponibles. Aún así la sensación de agobio por el calor llegó a ser tan intensa que hubo enfermos que comenzaron a sentirse mareados, sobre todo los que acudieron a primera hora en ayunas para hacerse analíticas. Pero esta situación también afectó a los profesionales del centro de salud. Prueba de ello es que una enfermera sufrió una lipotimia. Se encontraba realizando extracciones de sangre en el laboratorio cuando comenzó a desmayarse y tuvo que ser atendida por sus propias compañeras. El calor extremo unido a la poca ventilación le provocó una bajada de tensión.
El bochorno que hacía dentro de Villena I y la avería del aire acondicionado fueron los temas más comentados durante todo el día de ayer en el centro de salud. Los profesionales se quejaron de las malas condiciones en las que tenían que atender a los pacientes y alguno de éstos optaron incluso por esperar en la calle, al amparo de la sombra, a que les tocara el turno para acudir a consulta.
Y el problema no es nuevo. El sistema de aire acondicionado lleva más de cuatro años sin funcionar adecuadamente. El sábado por la mañana se estropeó y los técnicos lo arreglaron por la tarde. Pero ayer volvió a fallar. Fundamentalmente porque no refrigera con la suficiente intensidad. El problema fue especialmente llamativo al comienzo de la jornada de ayer y las consultas más afectadas volvieron a ser las que soportan una mayor exposición horaria a la radiación solar. En algunas de ellas se da, además, la circunstancia adversa de que la ubicación de las camillas u otros muebles y equipamientos sanitarios impide abrir las ventanas.
La dirección del Departamento de Salud de Elda es conocedora de esta situación desde la semana pasada y ha vuelto a dar instrucciones para que la avería del sistema de refrigeración del edificio se subsane lo antes posible. De hecho, hoy está previsto que los técnicos busquen una solución definitiva a un problema que se remonta demasiados años.
