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El mural que «salta» de un edificio en ruinas al Ayuntamiento de Elda

Los trabajos para ubicar en el vestíbulo la obra de Bernardo Carratalá de principios del siglo XX se iniciaron ayer

Inicio de la colocación de la pintura mural. Ernesto sánchez

Los trabajos de colocación del mural que se extrajo de una propiedad privada de la calle La Purísima en el vestíbulo de la Casa Consistorial de Elda se iniciaron ayer tarde. Está previsto que la colocación de la pintura sobre las vigas del techo de la primera planta y los detalles de la restauración se dilate unos tres días, si todo transcurre con normalidad, según apuntó el restaurador, Julián del Olmo en cuyo taller de arte religioso se le ha devuelto la vida a esta obra de arte, que estuvo a punto de perderse.

El mural se ha colocado seccionado en tres piezas y se ha actuado por la tarde para evitar así el trasiego de los numerosos ciudadanos, que acuden a diario a realizar trámites en el Casa Consistorial eldense. Tras la primera fase, las restauradoras se pondrán manos a la obra para retocar algunos detalles.

El fresco del siglo XX se ha rehabilitado en el taller de arte religioso de Julián del Olmo. Allí, afloró la belleza de una de las primeras obras de Bernardo Carratalá, escenógrafo alicantino, que la fechó en 1907. Ahora todos los que entren por la puerta del edificio municipal podrán ver la belleza de la obra.

El proceso de conservación y restauración de la pintura fue complejo. El mural se diseccionó en 26 piezas para extraerlo del edificio en ruinas. Más tarde se decidió eliminar las láminas de cañizo y el yeso adherido al fresco. Así, mediante la técnica «strappo» -tirón en italiano-la película pictórica se arrancó del enlucido y se traspasó a un papel.

El grosor del mural se ha reducido a milímetros. Y ello facilitará su adhesión a la escayola de su nueva ubicación.

En la pintura, que tiene unas dimensiones de seis metros de longitud por tres de ancho, se detectan dos técnicas pictóricas bien diferenciadas. Por un lado se encuentra el marco ornamental, de menor categoría pictórica y realizado en temple con una pincelada abierta y suave. Por otro, en la zona central, se advierte una alegoría pintada al óleo de mayor calidad.

Catalogada como Bien de Relevancia Patrimonial, «la obra presenta una composición figurativa de carácter alegórico, protagonizada por dos figuras femeninas semidesnudas rodeadas por cuatro figuras infantiles a modo de «putti» o querubines.

Todo ello en «un ambiente celestial exento de carácter religioso», según se explica en el estudio realizado por Alejandro Jiménez. Otro de los recursos técnicos empleados por Carratalá es el uso de veladuras, que se pueden apreciar en zonas en las que el autor utiliza las transparencias y esfumados.

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