Miel sobre hojuelas. Los productores de la uva de mesa del Vinalopó vaticinan para este año una buena campaña, con un aumento de la producción y mejor calidad que la anterior.

Las intensas lluvias registradas en noviembre y diciembre, el frío que llegó en enero con la oleada de nevadas en toda la provincia, junto a las últimas precipitaciones de este mes, han «desestresado» las cepas, que sufrían una sequía crónica desde hace tres años.

Los productores aseguran que las raíces están en las mejores condiciones de los últimos años y en las variedades tempranas ya estiman un aumento de producción, con respecto a la cosecha de 2016, de entre un 15% y un 20%, porcentaje que podría también ser extensivo al resto de variedades.

Desde Asaja Alicante se señala que las intensas lluvias que ha registrado la provincia de Alicante durante este invierno han sido espectacularmente beneficiosas para los cultivos, que llevaban tres años de acuciante sequía y que había provocado de forma globalizada un descenso de producción, merma de calibres y desgaste de calidad en las frutas y hortalizas.

Las precipitaciones que se registraron en el mes de noviembre, sumadas a las copiosas lluvias del temporal de diciembre, al intenso frío del mes de enero y a las últimas precipitaciones de mediados de marzo, han supuesto una verdadera tabla de salvación para algunos de los cultivos más emblemáticos de la provincia, que se encontraban en serio peligro de continuidad. Uno de ellos, y uno de los que más se ha beneficiado, ha sido la uva de mesa embolsada del Medio Vinalopó.

Las primeras brotaciones ya han empezado a producirse con el inicio de la primavera y los productores han podido observar cómo las raíces presentan mejorías sustanciales con respecto a cosechas anteriores y se encuentran limpias de salinidad. Por ello, vaticinan un incremento de la cosecha con respecto al año 2016 de entre un 15% y un 20% en las variedades tempranas como la Victoria, la Red Globe y la Ideal.

No obstante los agricultores del Valle de las Uvas confían en que este aumento se extienda al resto de variedades, como ya se anticipa gracias al buen estado y color de las yemas de las viñas. «A pesar de que las lluvias de diciembre mermaron aún más la producción de la Aledo, ya que cuando cayeron más del 50% de esta variedad todavía estaba por recoger, el balance global de las precipitaciones es positivo, porque ha conseguido reavivar las cepas, que estaban seriamente castigadas por la sequía».

Además, este agua ha vuelto a regar todas las plantaciones generosamente con agua de calidad, limpiando de salinidad las raíces, lo que se traducirá en un aumento de sabor y calidad considerables en la cosecha del 2017», ha explicado Pedro Rubira, presidente de Jóvenes Agricultores ASAJA Novelda y productor de la fruta más preciada del Medio Vinalopó.