La autovía de Alicante-Madrid, la A-31, volvió a registrar ayer otro accidente que cortó 12 horas la circulación en sentido Madrid. De nuevo hubo que desviar el denso tráfico diario por accesos alternativos y se repitieron las habituales retenciones, colas kilométricas y pequeños accidentes por alcance mientras los agentes de la Guardia Civil y los operarios de Carreteras redoblan sus esfuerzos.

En esta ocasión el siniestro se produjo a las cuatro de la madrugada del miércoles en Novelda, en el punto kilométrico 212.750, a la altura de la primera salida. La vía no se pudo despejar hasta las cuatro de la tarde y el conductor del camión que volcó junto a un paso elevado salvó milagrosamente la vida. Tres horas necesitaron los bomberos de Elda para poder excarcelarlo. Había quedado atrapado, colgando a cinco metros de altura, entre el amasijo de hierro al que quedó reducida la cabina mientras la carga de verduras que transportaba desde Almería quedó esparcida en los dos carriles.

Una nueva escena dantesca a la que los habitantes del Alto y Medio Vinalopó parecen haberse acostumbrado. Los accidentes en la A-31 se suceden prácticamente todas las semanas y, en la mayor parte de los casos, suelen verse implicados camiones que al volcar bloquean la vía y generan el caos circulatorio. Según los datos aportados por la Dirección General de Tráfico, sólo en 2015 se produjeron 53 percances con víctimas en el tramo de 73 kilómetros de Villena-Alicante. En los dos accidentes mortales fallecieron tres personas pero la media de la última década ofrece datos mucho más preocupantes. Los bomberos suelen realizar entre dos y tres intervenciones al mes para rescatar a heridos atrapados en sus vehículos tras colisiones o salidas de vía, y el número de víctimas mortales se sitúa cada año entre cuatro y ocho. Un balance negro en una autovía que, sólo a su paso por el Vinalopó, presenta cinco puntos especialmente peligrosos.

Hace justo un año los ayuntamientos de Elda, Villena, Petrer, Monforte, Novelda y Sax volvieron a exigir, con el unánime acuerdo de sus respectivos plenos, la reforma de esta infraestructura. Y hace justo tres meses Ciudadanos Elda inició los primeros contactos para crear una plataforma provincial en defensa de la ampliación de la autovía con un tercer carril a través de la campaña reivindicativa «Alicante-Villena 3».

Además de ser con diferencia la autovía más antigua de la provincia, en el último cuarto de siglo apenas ha incorporado mejoras. Y ello a pesar de que el tráfico se ha incrementado exponencialmente en los últimos 20 años -su intensidad media diaria supera los 60.000 vehículos de los que 6.500 son camiones- y la siniestralidad se ha disparado. Todos los expertos consultados coinciden en que la A-31 requiere de un urgente replanteamiento y su mejora integral porque, además de ser la más saturada, es la gran olvidada por el Gobierno central. Prueba de ello es que la ejecución de la reforma en el tramo de Alicante y La Roda acumula ya un retraso de doce años. Fomento sigue sin fijar la fecha de inicio del proyecto pese a que en marzo de 2005 el Ejecutivo anunció desde Madrid que la A-31 sería objeto de una profunda y necesaria remodelación a partir de 2006. Desde el Ministerio se llegó incluso a fijar una inversión de 28.413.000 euros para ajustar el viejo trazado a la normativa de seguridad vial y contribuir, con la construcción de un tercer carril en algunos tramos, a paliar el colapso. Pero desde entonces han pasado 12 largos años y la A-31 no sigue igual, sino peor.