La última jornada de anillamiento de aves organizada por la Concejalía de Medio Ambiente de Aspe y la Asociación para la Defensa de la Aves «Carduelis» ha permitido localizar un pájaro tan escurridizo como raro por estas latitudes. Se trata de la Polluela pintoja -Porzana porzana- que es una especie migratoria de la familia Rallidae, nada común, propia de Eurasia y África y de muy difícil observación. Sin embargo también ha sido anillada por el experto del Centro de Migración de Aves de Madrid, Pedro Gómez Clavel, tras ser capturada en el Paraje Natural Municipal de Los Algezares, lo que indica que es un ave de paso, ya que no cría ni inverna en el río Vinalopó. Sin embargo ahora ya se sabe que comienza a utilizar este curso fluvial como corredor migratorio antes de dar el «salto» hasta el continente africano.
La Polluela pintoja ha sido la más célebre pero no la única protagonista de la última fase de anillamiento para el censo de aves de Los Algezares. También se han detectado otras 54 aves de las especies Mosquitero y Agachadiza común, Ruiseñor bastardo, Curruca capirotada y Escribano palustre.
Entre los años 2002 y 2016 el experto en aves silvestre Pedro Gómez ha colocado en Aspe 18.158 anillas en 103 especies dentro del proceso de catalogación. Solo el año pasado ser realizaron 1.640 capturas para su posterior anillamiento y suelta con el fin de comprobar la evolución de las mismas, y conocer la existencia de nuevos ejemplares en el entorno del Vinalopó. Se trata de una campaña gratuita que forma parte de un proyecto participativo sobre el estudio de la población de aves del río, que se está llevando a cabo en colaboración con la Universidad Miguel Hernández.
La Estación de Esfuerzo Constante (EEC) se creó en Aspe en 2002 siguiendo una metodología exhaustiva sobre la evolución y los movimientos de las diferentes especies migratorias. Los voluntarios y miembros de las entidades que participan en este estudio -Carduelis, Amatarafa, Única Experiencia y el Ayuntamiento- siempre colocan en Los Algezares 90 metros de redes con idéntica ubicación, una vez por semana y de forma perpendicular al cauce. El tiempo de captura va desde el amanecer hasta las cinco horas posteriores y las aves atrapadas son anilladas, datadas, sexadas y además se les practica una serie de biometría. Toda esa información se registra en una base de datos que contiene el anillador y gestiona el Centro de Migración de Aves de Madrid. Una actividad que permite resolver muchas incógnitas cuando el mismo ejemplar es localizado por otro anillador en cualquier parte del mundo.
La valiosa información obtenida también va a ser difundida por la Concejalía de Medio Ambiente. Su responsable, Iván Escobar, ha anunciado la publicación de una guía en la que se podrán observar en fotografías las 103 especies censadas, con una ficha de cada una ademas de una explicación de cómo se anillan, los pasos migratorios, el número de capturas y de dónde vienen y a dónde van las aves que se han localizado en Aspe durante los quince últimos años.
