Un estudio internacional en el que participa el biólogo sajeño Fernando Tomás Maestre Gil ha sido publicado en el último número de la prestigiosa revista Nature Ecology & Evolution. El investigador del Departamento de Biología y Geología, Física y Química Inorgánica de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ha descubierto que la distribución de las plantas podría usarse para inferir cambios en el tipo de funcionamiento de los ecosistemas áridos.

La vegetación en las tierras áridas se asocia en el espacio para dar lugar a patrones concretos que no son aleatorios. Más allá de lo curioso que resulta el hecho de que las plantas no se hallen repartidas al azar en un paisaje, el trabajo sugiere que la forma en que se organizan en las zonas áridas contiene una huella oculta que da información de gran relevancia sobre la capacidad de los ecosistemas áridos de retener, y también transformar, los nutrientes que determinan la fertilidad de sus suelos. Un componente clave para conocer la capacidad de estos ecosistemas a la hora de proveer servicios esenciales como el forraje para el ganado. Buscar variables que actúen como indicadores del funcionamiento del ecosistema es una tarea clave, especialmente desde que se sabe que el cambio climático podría llegar a producir cambios abruptos e irreversibles en los ecosistemas áridos de todo el globo que pueden llevar a su degradación y desertificación. Es una de las conclusiones a las que llega el profesor.