Un nuevo accidente de tráfico mantuvo cortada al mediodía de ayer la autovía A-31 en dirección Alicante-Madrid por espacio de dos horas y media. En esta ocasión el siniestro se ha producido en Villena, a escasos metros del túnel que atraviesa la sierra de la Villa, y también se ha visto implicado otro conductor de tráiler. Se trata de un ciudadano español de unos 35 años que fue trasladado en estado grave al Hospital General Universitario de Elda en una ambulancia SVB. Presentaba traumatismo craneal y contusiones en brazo y hombro. Pero antes de ingresar en Urgencias con pronóstico reservado fue atendido en el mismo lugar del accidente durante hora y media por el Samu, una vez que los bomberos del Área Operativa del Vinalopó lo extrajeron de la cabina donde permanecía herido.

El camión había partido de Valencia por la mañana con 25.000 litros de botes de cerveza que debía descargar en una conocida cadena de supermercados de Alicante. Pero a las 11.20 horas, una vez pasado el túnel de Villena, el conductor perdió el control en el punto kilométrico 185, justo a la altura del primer acceso al casco urbano de Villena desde la autovía.

La posible causa del suceso fue un repentino reventón de la rueda delantera izquierda de la cabeza tractora, lo que provocó que el camión invadiese el sentido contrario de la circulación donde terminó volcando tras impactar contra la mediana llevándose por delante las barreras «quitamiedo».

Afortunadamente, ningún otro vehículo circulaba en sentido contrario ni se vio implicado en el accidente. Pero el remolque quedó completamente cruzado, bloqueando la circulación por los dos carriles en dirección Madrid, mientras los 25.000 litros de cerveza que transportaba quedaban esparcidos por la calzada y arcenes.

Era un día clave y una hora punta así que al principio las retenciones llegaron a superar los tres kilómetros. Pero el amplio y rápido dispositivo de la Guardia Civil de Tráfico evitó que las colas alcanzaran la Colonia de Santa Eulalia. Los agentes desviaron la circulación a través de la vía de servicio y el carril de deceleración de la A-31 por el que se accede al casco urbano, dándole salida de nuevo a la autovía a unos 100 metros.

El dispositivo se mantuvo desde que se produjo el accidente a las 11.20 horas hasta que la calzada quedó despejada poco antes de las 14 horas. Mientras tanto, los operarios de la Red de Carreteras del Estado encargados del mantenimiento de la A-31 también tuvieron que emplearse a fondo para retirar los cientos de botes de cerveza esparcidos por el asfalto junto a los restos de la carrocería y elementos del viario, antes de que un camión grúa de gran potencia elevara el tráiler con el fin de llevárselo y poder despejar la vía. Para acelerar estas tareas fue necesario utilizar sierras eléctricas y una pala excavadora con la que los restos de la carga se introdujeron en un camión cuba.

Atraídos por la carga

Precisamente la cercanía del casco urbano y el efecto llamada hizo que muchos vecinos se acercaran a la zona, incluso con coches, con la intención de llevarse las cajas de cerveza que habían quedado intactas tras la colisión. Algunos de ellos intentaron cruzar la carretera para conseguir tal propósito. Pero los agentes de la Guardia Civil que regulaban el tráfico lo impidieron en varias ocasiones. El oficial al mando les indicó entonces que la mercancía sería devuelta al propietario, advirtiéndoles de que serían denunciados en caso de poner en peligro la seguridad vial.