El ensanche urbanístico de Elda hacía el río Vinalopó, en los años 20 del siglo pasado, acabó con el derribo de una de las torres del castillo de Elda y las voladuras de los años 50 para la construcción de la avenida Novo Hamburgo arrasó con cualquier resto de ella. Ahora, las prospecciones arqueológicas realizadas con anterioridad a las obras de refuerzo y reconstrucción de uno de los lienzos de la muralla junto a unos documentos gráficos han rescatado para la historia la existencia de esta torre, ubicada en una fortificación construida sobre la ladera norte del cerro. Fuera del edificio del palacio pero dentro del recinto. Un baluarte que servía para proteger el paso a la zona más noble y que no se podrá reconstruir porque el espacio en el que estaba enclavada ya no existe.
El monumento eldense pasa, así, de tener doce torres a trece. Las diez cuadrangulares de la muralla interior, la barbacana de entrada de la que sólo quedan los cimientos, una pequeña en el interior a modo de almacén y la número trece, la de la fortificación desaparecida.
El nuevo hallazgo modifica la fisonomía de la maqueta y el diseño del castillo eldense que, en la actualidad, es una ruina arqueológica, aunque con los pasos dados en la última década, ve más cerca su puesta en valor y reconstrucción de algunos de sus elementos más emblemáticos. Además aporta unos metros más al conjunto íntegro del palacio-fortaleza.
La nueva torre ya se plasma en el plan director del castillo que se encuentra en la última fase de su redacción. El borrador ya ha sido revisado por el arqueólogo municipal Juan Carlos Márquez y ahora está pendiente de la aprobación del Ministerio de Cultura. Más tarde le tocará dar el visto bueno al Ayuntamiento y a la Conselleria de Patrimonio. El plan director que inició su redacción en 2013 es un elemento fundamental, no sólo para determinar las líneas maestras y propositivas sobre la restauración de la fortaleza, sino también es una herramienta esencial a la hora de conseguir fondos de las administraciones nacional y europea para salvarla después de años de abandono. Márquez asegura que «el de Elda ha sido uno de los monumentos más maltratados».
El itinerario reconstructivo trazado por el plan director no establece un reconstrucción total del palacio que perteneció a los condes de Elda. Márquez señala que «algunas de las zonas se van a restituir casi en un ciento por ciento, mientras otras se quedarán tal cual». Pero hacer un castillo nuevo «ni podemos, ni queremos, ni nos dejan».
