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Nuevas claves del paso de los romanos por Elda

El Museo Arqueológico expone las 50 piezas de El Monastil que mandó restaurar hace un año, entre las que han encontrado inscripciones en latín

Nuevas claves del paso de los romanos por Elda

El Museo Arqueológico de Elda recibió ayer las 50 piezas romanas, que se hallaron entre los años 60 y 80 en el yacimiento de El Monastil de Elda y que hablan del núcleo urbano que el imperio creó en la zona en el periodo de las dos guerras civiles. El Monastil era un destacamento militar que estructuraba los puntos vigías que salvaguardaban las legiones en las tierras del interior del Vinalopó.

Materiales de carácter militar se presentarán en una exposición, que verá la luz con motivo del seminario de Historia y Arqueología que, en su decimosexta edición lleva por título «Ejércitos de Roma en el Vinalopó e interior del sureste de Hispania en las Guerras Civiles del siglo I a.C.». Una de las piezas estrella será un anillo que se ha salvado del salvaje deterioro del tiempo y que pone de relieve la intensa vida e importancia de los guerreros asentados en el Monastil en el siglo I a.C.

El director del Museo, Antonio Poveda, apunta que «el proceso de limpieza y recuperación de las piezas ha extraído inscripciones en latín que aportan nueva información y constatan las teorías que se han barajado en las últimas investigaciones acerca de El Monastil». También se mostrarán monedas del museo y de colecciones privadas encontradas en el yacimiento y que aportan información sobre la procedencia de algunos de los soldados que batallaban en el ejército, llegados de Pérgamo, de Grecia o de Bolskan (Aragón). Una de ellas advierte de la posible presencia en estas tierras del general Pompeyo «El grande».

Relegadas durante años en cajas apiladas en los fondos del museo esperan que, una vez vean la luz en las vitrinas, pasen a formar parte de la exposición permanente. Así lo reclama el director del Museo Arqueológico, que aprovecha la ocasión para revindicar que «es hora de comprar más vitrinas para que los fondos que han sufrido el proceso de conservación se den a conocer de forma permanente a los visitantes», a pesar de la saturación del edificio.

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