El proyecto del Banco de la Piel se gestó en Petrer hace más de diez años pero, por razones de ajustes de «usabilidad» y dificultades de financiación, verá por fin la luz en la primera quincena del próximo mes. Cuatro jóvenes emprendedores de Elda y Petrer, con conocimientos tecnológicos y administrativos, bajo el asesoramiento del veterano curtidor y director de desarrollo Francisco Amorós, han puesto en marcha una iniciativa sin precedentes acorde con el concepto de Economía Colaborativa.
Ofrecen a los empresarios y diseñadores de los sectores calzado, bolsos, confección y tapicería un buscador gratuito a través de internet que funciona como un almacén digital de pieles y componentes en stock o de productos de moda. Abrirán su portal en dos semanas y lo harán con 240 puntos de curtición o distribución de todo el territorio nacional. «Se trata, en definitiva, de ayudar a encontrar la piel que cada uno busca sin cobrar nada por ello», insiste Amorós. Y, al mismo tiempo, ponen a disposición de los usuarios un salón de muestras en su centro de negocios de Petrer, que permitirá tomar contacto directo y diario con todas las pieles ofrecidas por la web.
Excepto en el caso de asociados se funciona como un servicio público sin coste alguno para los participantes. Además, para mantener la máxima independencia sus responsables se comprometen a no participar en ninguna de las operaciones de compra-venta derivadas de los contactos surgidos. Sus funciones terminan después de la catalogación de las ofertas, búsquedas, certificación y presentación de muestras.
Inicialmente el formato de servicios que ofrece el Banco de la Piel tiene que ver con el de un centro de negocios temático por cuanto da cobertura de domiciliación a sociedades y profesionales que buscan bajos costes de infraestructura y organización, además de especializarse en servicios técnicos orientados a la industria del calzado, diseñadores y líneas de abastecimiento de pieles y componentes. En este sentido actuará como un punto de encuentro sectorial, siendo el único beneficio que puedan obtener sus promotores tras invertir 400.000 euros en esta idea.
«Hoy en día todavía se venden las pieles como hace 80 años pero las nuevas tecnologías ofrecen unas posibilidades extraordinarias», señala ilusionado Amorós.
