Enric Ruscalleda es uno de los pintores que mejor ha retratado el paisaje en la provincia de Alicante combinando sensibilidad y maestría en los colores (del gris invierno al azul del mar en verano, siempre en conexión con el verde de la montaña, vital en su biografía artística). Un mundo (todo él, que es también el de su obra y cuadros) con el que podemos reencontrarnos en la exposición «L´espai íntim», que acoge el Centro Cultural Gómez-Tortosa de Novelda del 19 de octubre al próximo 12 de noviembre, en una amplísima retrospectiva del Enric Ruscalleda de ayer y hoy.

«Se trata de una recopilación de trabajos elaborados a lo largo de un dilatado periodo de tiempo en el que se incluyen ejercicios en la escuela, apuntes, esbozos y obras de diferentes épocas y momentos creativos realizados con técnicas variadas. Obras que han ido apilándose en antiguas carpetas casi olvidadas y que han estado sin abrir muchos años, y ahora después de un tiempo vuelven a ver la luz mostrando una visión curiosa y evocadora del largo camino recorrido y que me ha conducido a hacer el trabajo que actualmente llevo a cabo», apunta Ruscalleda.

Formado en l´Escola Massana, centro de referencia del arte en Barcelona, Enric Ruscalleda exhibe ahora en «L´espai íntim» toda una variedad de estilos y disciplinas que nos conducen a una obra única donde la naturaleza y el paisaje son, en múltiples ocasiones, su materia de inspiración. De hecho, así fue tras el periodo de experimentación a L´Escola Massana, cuando Ruscalleda llega a Novelda en el verano de 1978 junto al equipo de rehabilitación de la Casa Museo Modernista y escapa al campo acompañado por Ricardo Gómez y Lluís Cuadra.

La caja de acuarelas viaja entonces casi siempre en su mochila, entre excursiones donde crea y recrea las pequeñas y grandes maravillas que nos envuelven. Y de ahí, sin cesar, sigue su curso el proceso de creación de Enric Ruscalleda deparando nuevas obras y nuevos mundos dentro de su «espai íntim».

«Ahora, en el estudio, la pintura surge como ella nada más sabe hacerlo, conduciendo al pintor por los caminos que ella marca y teniendo como referencia todos los paisajes vividos y paseados, tal vez convirtiéndolos en mi paisaje interior», concluye.