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Elda

Un cementerio sin vertidos

El Ayuntamiento retira del camposanto 20 toneladas de residuos vegetales de la ciudad

Un cementerio sin vertidos

El cementerio nuevo de Elda, el Virgen de los Dolores, comienza a recuperar lentamente la imagen decorosa que perdió seis años atrás al verse cercado, en su vasto perímetro interior, por toneladas de desechos vegetales procedentes de podas y talas de árboles y setos de parques y jardines de la ciudad, viejos enseres, materiales de obra, elementos del mobiliario urbano deteriorados e, incluso, sacos de yeso, rocas ornamentales y estructuras de hormigón.

Hace cinco años este diario ya se hizo eco de las quejas vecinales que suscitó, entonces, la sucia y descuidada imagen que presentaba el cementerio municipal de Elda. Protestas que llegaron al entonces equipo de gobierno del PP. Sin embargo, la situación apenas mejoró y ahora el ejecutivo local de PSOE-Compromís se ha propuesto acabar con los desechos que acumula el camposanto para adecentar toda la zona.

De momento ya se han retirado, en menos de dos semanas, 20.000 kilos de restos vegetales esparcidos en diferentes pilas de fermentación y previamente troceados en el propio recinto funerario por una trituradora de obra civil. En esta tarea, que costará a las arcas municipales más de 8.000 euros, se ha empleado un centenar de camiones que han ido depositando la carga a escasos kilómetros del cementerio. Concretamente en las faldas del cercano monte Bolón donde se encontraba el vertedero de residuos inertes que fue clausurado hace unos años por la Conselleria de Medio Ambiente. El objetivo del Ayuntamiento es depositar el material triturado en los abancalamientos de la ladera para enterrarlos bajo una fina capa de tierra sobre la que se sembrará trigo y veza. De este modo se quiere enriquecer el suelo con un aporte extra de nitrógeno para que en la próxima cita del Día del Árbol se haga una importante replantación de especies arbóreas autóctonas. Se trata, en definitiva, de recuperar forestalmente el enclave para que pueda convertirse, con el paso de los años, en una pinada como la que hoy en día puede visitarse en el cercano paraje del Trinitario. Una actuación que, al mismo tiempo, permitirá frenar la erosión de una zona especialmente sensible por su elevada pendiente y al encontrarse en su subsuelo toneladas de escombros y material inerte.

El cementerio fue diseñado partiendo de un concepto funerario moderno. Un planteamiento más acorde con el siglo XXI aunque la obra se inauguró en 1996. Sin embargo su mantenimiento no ha sido el más adecuado y prueba de ello es de que, a pesar de lo hecho, todavía quedan en su interior más de 40 toneladas de residuos verdes pendientes de retirar.

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