El alcalde de Pinoso ha advertido a los jugadores de Pokémon GO, que en los últimos días deambulan por todo el pueblo como «hipnotizados» con sus teléfonos móviles en busca de personajes virtuales, que extremen las precauciones para no sufrir caídas, choques ni atropellos.
Eso es, precisamente, lo que ha estado a punto de ocurrirle a un menor de quince años en la esquina del Ayuntamiento, cuya plaza se suele llenar últimamente de numeroso público infantil porque se ha convertido en el gimnasio virtual de Pokémon. Pues bien, el chico se encontraba junto a un amigo, sentado en la acera con las piernas estiradas y oculto entre dos coches. Una conductora llegó al lugar y trató de aparcar su turismo, pero estuvo a punto de arrollarlo porque estaba tan metido en la partida que ni se percató de la maniobra.
Así que la vecina se dirigió rápidamente al Ayuntamiento para trasmitirle sus quejas a Lázaro Azorín. Y lo que ha hecho el alcalde han sido dos cosas. Primero informar de lo ocurrido al jefe de la Policía Local y luego utilizar su cuenta de Facebook para comunicarse con los menores conocedor, como buen maestro que es, de que se trata de la mejor manera para contactar con ellos. Además, para captar su atención, ha utilizado una fotografía en la que aparece ataviado con el traje típico pinosero, que fue tomada durante la celebración del Día del Villazgo, y en la que se encuentra junto a un carro de los que se utilizaban siglos atrás en las tareas agrícolas. «Pinoso es un pueblo con encanto y tranquilo...¡Pero por sus calles ya no transitan carros! Por eso ruego a las personas que van por el pueblo con la aplicación Pokémon GO que extremen la precaución a la hora de ir con el teléfono móvil». Ese es el mensaje que Azorín ha querido trasmitir a los jugadores. Para él lo más sencillo hubiese sido firmar un decreto y expulsar a todos los Pokémon del pueblo. Pero no forma parte de su estilo. Prefiere llegar a un acuerdo entre todas las partes para que el juego no acabe mal y la realidad virtual no suponga un peligro real.
