El Ayuntamiento de Sax ha adquirido dos pistolas eléctricas taser para dotar a la Policía Local de unos medios más modernos y acordes con el panorama delictivo actual. De este modo se permite a los agentes actuar sobre aquellas personas que presentan un elevado estado de agresividad, por enajenación mental o consumo de drogas por ejemplo, en las que la utilización de la defensa reglamentaria no es suficiente debido a su comportamiento alterado y descontrolado, además de su bajo umbral de dolor.

Este «armamento no letal» importado de Estados Unidos está diseñado para no causar lesiones graves. Ni siquiera presenta peligro para enfermos con patologías cardíacas e, incluso, con marcapasos.

Al apretar el gatillo el arma lanza dos dardos guiados por un sistema láser, a una distancia máxima de seis metros, y al impactar en la ropa o piel realiza una descarga eléctrica de unos segundos. Lo suficiente para producir una instantánea contracción de la masa muscular del agresor hasta paralizarlo por completo. Así se facilita su inmovilización en el suelo con un mínimo uso de la fuerza y sin ocasionarle ningún dolor.

Pero los agentes de la Policía Local de Sax han tenido que realizar un curso para la óptima utilización de este innovador y caro material. De hecho, el precio por pistola suele situarse entre los 800 y 1.000 euros y cada cartucho utilizado vale 40 euros. En España hay un solo distribuidor autorizado y desde que el Ayuntamiento realizó el pedido han pasado dos meses.

La plantilla policial sajeña no es pionera en la comarca en el uso de las taser, pero sí es una de las primeras poblaciones del Alto y Medio Vinalopó en adquirirlas. No obstante, en otras localidades de la zona existe un creciente interés por adquirirlas y pronto empezarán a incorporarlas a su armamento.