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Pinoso, capital del vino

La población del Medio Vinalopó se ha convertido en un referente del sector vitivinícola

Pinoso, capital del vino

Pinoso se ha convertido en un referente de la cultura del vino cultura del vinodesde la comarca del Medio Vinalopó para el conjunto de la Comunidad Valenciana. Es uno de los mayores productores de la Denominación de Origen Alicante y el primero en vino ecológico. Tanto por su cantidad como por su calidad los caldos pinoseros son cada vez más demandados en el mercado nacional e internacional.

Sin embargo el sector necesita más ayudas y un respaldo efectivo de los poderes públicos porque todo el esfuerzo que llevan a cabo los agricultores para mantener sus tierras apenas les ofrece rentabilidad. De ahí la falta de relevo generacional y el abandono progresivo que sufre el campo. Pues bien la preocupación que genera esta problemática es la que el alcalde de Pinoso, Lázaro Azorín, le ha expuesto al secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana durante su visita al pueblo. Francisco Rodríguez Mulero ha querido conocer, de primera mano y sobre el terreno, la realidad del sector vitivinícola, uno de los más importantes y con más tradición del municipio.

Al encuentro celebrado en la Casa del Vino se han sumado representantes de las bodegas, agrupaciones y sindicatos agrarios, el director general del Agua y varios integrantes del equipo de gobierno socialista. Pero el mensaje más contundente ha sido el del alcalde exigiendo al Consell medidas que mejoren la rentabilidad.

Para el secretario autonómico de Agricultura es fundamental analizar los mercados y trabajar la producción para valorizar el vino. «Vosotros sois los primeros productores en cantidad y estáis en la primera línea de calidad, pero tenemos que seguir haciendo que la uva sea rentable para el agricultor porque en caso contrario al final no habrá vino», advirtió Rodríguez Mulero apuntando a un plan de acción diseñado por la Conselleria de Agricultura para conseguirlo. «Hay que hacer una reforma estructural pensando en las 63.000 hectáreas de producción de uva de vinificación que tenemos en la Comunidad y los 15.000 agricultores que se dedican a producirla, y definir exactamente hacia dónde queremos ir, esto es, potenciar la calidad y no tanto la cantidad», defiende esbozando las principales líneas de la nueva política agraria y ambiental del Consell. La fórmula pasa por reestructurar las explotaciones; impulsar el trabajo de cooperación entre las bodegas para acceder a los mercados; facilitar que los jóvenes se incorporen a las técnicas de producción; promover la producción ecológica y poner en marcha un modelo que valorice el territorio como forma de reforzar la calidad y el prestigio del vino.

Pues bien, en este contexto Pinoso goza de una posición privilegiada porque cuenta con siete bodegas dotadas de equipos jóvenes y avanzada tecnología que suman más de 2.000 hectáreas de viñedos. Un valor al que se añade la carga emocional tan ligada a la cultura del vino. De hecho, elementos y símbolos tan importantes como el escudo y la bandera reflejan la relevancia y tradición del vino en la localidad.

Pero este proceso no es reciente. Se basa en vínculos históricos. Sus tierras fueron colonizadas en los siglos XVII a XIX por familias procedentes de Monóvar, Novelda y Castalla. Familias que se asentaron en diferentes enclaves convirtiendo en fértiles sus tierras con cultivos de cereal y olivar. Pero sobre todo con viñedos. En el siglo XIX el aumento de la población fue constante pasando de 1.000 habitantes a más de 8.000 en cien años. Un crecimiento estrechamente ligado al aumento de la producción del vino, puesto que la filoxera no infectó a las cepas de la zona hasta principios del siglo XX, favoreciendo la extensión de los cultivos para atender el aumento de la demanda. Una muestra de ello es que Pinoso contaba en 1894 con 400 bodegas particulares, que vendían sus vinos a granel. También estuvieron presentes los caldos pinoseros en las Exposiciones Universales de Barcelona en 1888 y de Chicago en 1893 obteniendo varios galardones.

Pronto se sumó el pueblo a la Denominación de Origen de Alicante. Fue en 1933 en una acción promovida por la Bodega Cooperativa de Pinoso que se había fundado un año antes y que llegó a superar el millar de socios. En la actualidad la forman 300 que, con su esfuerzo y dedicación, han conseguido elaborar y comercializar grandes vinos de calidad reconocida en cuatro de los cinco continentes. Con la monastrell como principal variedad, elabora 5.500.000 litros al año extraídos de 7.500.000 kilos de uva de centenares de fincas que ocupan una superficie de 1.700 hectáreas. La producción en botellas llega a las 500.000, de las cuales el 80% va destinado a la exportación. Además, su apuesta por el vino ecológico con 850 hectáreas certificadas le ha llevado a situarse a la cabeza de este sector en la Comunidad y entre los quince primeros de España. Una garantía de futuro para la capital del vino en la provincia.

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