La reforma de la plaza Castelar de Elda fue uno de los temas más controvertidos del 2015. Un año después de la finalización de las obras, las madres junto a sus pequeños y los jubilados han tomado este espacio como uno de los más agradables de la ciudad. Mientras algunos han variado su opinión sobre su remodelación otros mantienen que el dinero invertido en ella fue un «dispendio» y otros recuerdan con nostalgia el viejo templete.

Arturo Orgilés, Antonio Sonsano y Joaquín López son usuarios frecuentes de la plaza Castelar. Antes de su reforma apenas la pisaban. Orgilés piensa que la reforma ha sido un acierto y sobretodo el restaurante que se ha construido allí. «Es más cómoda que como estaba antes y más accesible» y argumenta que «algunos pensaban que no se debería de haber hecho pero a mí me parece un acierto». López se suma a la opinión de sus compañeros indicando que «ahora somos muchos los que acudimos a esta plaza». Los tres concluyen que «es un lujo».

Maleni Sirera y Marta Jovero van con los niños al parque. Las dos están de acuerdo en que «la reforma está muy bien excepto las anchas juntas del parque donde algunos niños se caen». Marta indica que «venimos aquí desde que éramos pequeñas pero ahora acude más gente, antes casi siempre estaba vacía y ahora está llena».

Por otro lado, Antonio Cano propietario del «El Refugio» uno de los bares cercanos a la plaza opina que la reforma ha quedado «muy bien» y añade que «habrá gente que esté en contra pero para mí y mi negocio ha sido favorable». Mientras Beatriz López de uno de los establecimientos cercanos señala que «hay aspectos que mejorar,los columpios son de hierro y en verano los niños se queman, hay pocos balancines y las fuentes son peligrosas»

Por otra parte, los grupos políticos que se manifestaron en contra de esta reforma se mantienen en su trece. El concejal del PSOE y ahora, titular de la concejalía de Obras, Eduardo Vicente comenta que « se gastaron tanto dinero en la superficie y sin embargo los camerinos del sótano están muy deteriorados». Por otro lado, Javier Rivera concejal de IU sostiene que «fue una inversión faraónica y el dinero invertido se podría haber diversificado en muchos otros jardines»