Dos bomberos del grupo de rescate de montaña del Consorcio Provincial de Alicante, el villenense Francisco José Catalán y el sajeño José Manuel Montero, se han ido al Caribe pero no precisamente para disfrutar de sus paradisiacas playas. Están en la República Dominicana llevando a cabo un proyecto humanitario en el que participan dos ONG españolas. Son concretamente Bomberos Sin Fronteras y Justalegría, una asociación de cooperación internacional para el desarrollo, ayuda y sensibilización de los países desfavorecidos cuya sede central se encuentra en Málaga.
Los dos cooperantes alicantinos van a centrar su intervención en el municipio de Ramón Santana, que pertenece a la provincia de San Pedro de Macorís, una de las zonas con menos recursos de la isla a pesar de contar con una población superior a los 100.000 habitantes, que se halla dispersa en decenas de asentamientos que apenas disponen de infraestructuras -los denominados bateyes- donde viven miles de personas. Fundamentalmente inmigrantes de Haití que, tras el devastador terremoto de 2010, se desplazaron allí para trabajar en la caña de azúcar.
Pues bien en el municipio que ejerce la capitalidad de esta región selvática no hay una sola ambulancia. Algo impensable en el mundo occidental es normal en Ramón Santana y, de hecho, sus vecinos ni siquiera se habían planteado tal posibilidad. Sin embargo el bombero Francisco José Catalán ya se percató de tal necesidad en su primera expedición. La que realizó con otro compañero dos años atrás para dotarles de un camión de bomberos y seleccionar a un grupo de jóvenes nativos a los que formó en las tareas de salvamento y extinción del fuego. «Fue entonces cuando nos dijeron que allí no había ambulancia pero ahora la van a tener», indicó antes de tomar el avión con destino a la República Dominicana. Pero en esta ocasión, para evitar problemas ante posibles averías, se ha decidido adquirir una furgoneta en el propio país caribeño que va a ser equipada con el material trasladado desde España. De hecho, tanto Catalán como Montero han cargado cien kilos de material sanitario, y también de extinción, porque van a seguir formando a los bomberos voluntarios de Ramón Santana.
A partir de ahora cuando se produzca un cualquier emergencia sanitaria los heridos o enfermos no tendrán que ser trasladados en viejos coches particulares o en motocicletas hasta el hospital más próximo, el de San Pedro de Nacorís, que se encuentra a 20 kilómetros de carreteras tercermundistas. Otra acción solidaria de Bomberos Sin Fronteras y Justalegría que salvará muchas vidas.
