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Villena

Adiós a la fábrica de licores y aguardientes

Tras casi un siglo de vida «Ricardo Menor» cierra ante la imposibilidad de mantener el negocio

Adiós a la fábrica de licores y aguardientes

La fábrica de licores y aguardientes de Villena «Ricardo Menor» ha cerrado sus puertas tras casi un siglo de historia. Así deja de comercializarse el emblemático «Katakí», un licor que ha sido durante generaciones una seña de identidad local.

Fue en 1922 cuando Ricardo Menor Hernández puso en marcha en Villena la primera fábrica de licores y aguardientes, en el edificio donde anteriormente su padre elaboraba jabones y colonias. Años atrás había regentado una bodega de vinos en Larache (Marruecos), pero al complicarse la situación sociopolítica en el país africano decidió trasladarse a su ciudad natal.

El carácter emprendedor de Ricardo le llevó a elaborar una receta de anís bastante azucarado, con una botella personalizada, diseñada por él mismo, así como la etiqueta, también diseño propio. En 1928 registró la marca «Anís Villena ». «La empresa le tiene un cariño muy especial a este producto, porque mi abuelo quiso hacer un anís propio, más dulce, que luego registró con el nombre de su ciudad, por el orgullo que sentía», afirma su nieto Ricardo Menor, uno de los tres últimos propietarios de la fábrica.

Ya en los años 50 creó un licor, el famoso «Katakí», donde quiso dejar su huella de poeta romántico a través del color y el nombre. Con el color rojo pasión del singular licor lo consiguió pero con el nombre encontró todas las dificultades a la hora de registrarlo pues los relacionados con «besos», «amor», eran rechazados en la oficina de Registro de Marcas por similitud con las ya existentes: «Beso de Novia» y «Perfecto Amor», entre otras. Al final utilizó «Katakí» que viene de la expresión típica de Villena «cataquí la bajoca». El producto lo registró en 1954. Sin duda, el «Katakí» se convirtió en una seña de identidad de la ciudad, un licor que no podía faltar en ninguna celebración.

Tras la muerte de Ricardo Menor en 1968, la empresa pasó a manos de sus dos hijos: José y Antonio Menor Valiente, que regentaron la misma hasta 1988, cuando se jubiló Antonio. Entonces se acordó traspasar la fábrica de licores a tres de los nietos de Ricardo: Antonio Menor Hernández, Ricardo y José Menor Albero. No obstante, Antonio Menor Hernández falleció cuando se estaba constituyendo la nueva sociedad, por lo que se buscó a un nuevo socio, Antonio Pardo, que junto con Ricardo y José Menor han sido los gerentes hasta el cierre de la empresa.

Durante casi un siglo de existencia, la fábrica de licores, jarabes y aguardientes «Ricardo Menor» ha elaborado una amplia gama de bebidas espirituosas tradicionales que ha comercializado desde Murcia hasta Valencia y Albacete.

Ahora la empresa villenense echa el cierre ante la imposibilidad de mantenerse con la elaboración de productos tradicionales sin sucumbir a los vaivenes de las modas. Se cierra de este modo una página de la historia industrial de Villena, de sus olores y sabores.

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