Han pasado diez meses desde que los vecinos de la partida eldense de El Melik unieron sus voces para denunciar, a través de este diario, el estado de abandono que sufren desde hace doce años. Esta zona de la periferia de la ciudad, donde se han descubierto vestigios de un asentamiento romano, se caracteriza por la presencia de viviendas unifamiliares y casas de campo; de tal modo que el 80% de su superficie figura en los planos como enclave urbano mientras el 20% restante se considera suelo rústico. De hecho, hay propietarios que pagan más de 2.000 euros de IBI al añoIBI .
Pero El Melik carece de muchas cosas. No hay alumbrado público ni señalización vial, muchos caminos siguen sin asfaltar y urbanizar, las infraestructuras no existen, hay un muro que amenaza con caer en cualquier momento y casas de campo ruinosas que frecuentan menores. Además, las arquetas de la luz están destrozadas, el cableado eléctrico y telefónico cuelga en algunos tramos a ras de suelo y la insuficiente vigilancia policial facilita la acción de los ladrones, que en los últimos meses han robado dos veces en la misma vivienda. «Estamos completamente olvidados aunque formamos parte de la ciudad y pagamos los impuestos como cualquier otro barrio de Elda», ha recordado Agustín Azorín Sánchez, uno de los propietarios afectados por una «desidia municipal» que se mantiene en el tiempo. Precisamente en mayo de 2015 denunció lo mismo tras dos años de peticiones al entonces gobierno popular que lideraba Adela Pedrosa. Un largo periodo de espera en el que nunca fueron atendidos. «Pedimos poco pero nada se nos da» dijo entonces Azorín para advertir ahora que el problema no ha mejorado con el actual gobierno de PSOE-Compromís. «En septiembre los concejales José Antonio Amat, Nieves López y Eduardo Vicente visitaron la zona y se comprometieron a mejorarla pero lo único que han hecho -asegura- es colocar dos señales de tráfico». Una situación que después de tanta espera, a los vecinos desespera.
