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Un puente centenario entre Elda y Monóvar

La plataforma alcanza un siglo de historia y tuvo que ser reconstruida tras las riadas de 1902 y 1913

Cien años cumple el puente de Monóvar de Elda. El primer centenario de un bien incluido en el catálogo municipal que tradicionalmente ha unido, por el Suroeste, a la ciudad del político Castelar con la población del literato Azorín.

La sencilla plataforma pasa inadvertida para las miles de personas que la cruzan a pie o en vehículo cada día, pero su sólida estructura permite salvar el río Vinalopó y establecer una rápida conexión entre la avenida de Monóvar y la calle San José de Calasanz. La transitada ruta urbana de ida y vuelta al barrio Virgen de la Salud, el Polígono 25, el Centro Excursionista Eldense, el cementerio Virgen de los Dolores y los polígonos industriales Campo Alto y Finca Lacy. Una conexión menos saturada desde que el nuevo puente del CEE entró en funcionamiento.

Cien años dan para mucho pero la historia conocida del puente de Monóvar se remonta a finales del siglo XIX. Fue construido concretamente en el año 1887 de manera provisional para mejorar el antiguo camino entre ambas localidades. Constaba de tres pilastras sobre el cauce del río Vinalopó en mampostería de cantos trabados en calicanto. Sobre ellos se dispuso una pasarela confeccionada con vigas de madera en las que se instalaron mamparos transversales para cerrar la estructura. Con ello se dispuso de un primitivo acceso al camino que se dirigía hacia Monóvar por los Molinos de Félix, así como a la primitiva almazara allí existente. Era un puente similar al construido sobre la misma época -en 1885 exactamente- para salvar la subida a la zona de estación del ferrocarril tal y como detalla Ximo Rico, el secretario de la Asociación Amigos del Castillo de Elda.

Sin embargo, entre los días 13 y 14 de noviembre de 1902 se registró un episodio de precipitaciones intensas que afectó a todas las localidades del Medio Vinalopó. Una situación de persistente temporal de Levante que generó lluvias torrenciales. Los efectos de la riada se manifestaron de forma más grave en Elda. Las aguas arrasaron los dos puentes con que contaba en aquel entonces la población: el de la estación del ferrocarril y el de la carretera de Monóvar, por lo que fue necesaria su posterior reconstrucción. Pero el día 8 de septiembre de 1913, festividad patronal de la Virgen de la Salud, se produjo la descarga de otra tromba de agua que arrasó de nuevo el puente de Monóvar y también el de la Estación. Para evitar una nueva catástrofe el Ministerio de Obras Públicas emprendió una obra de urgencia y en 1915 comenzó a construir la actual obra civil, que fue inaugurada en los primeros meses del año siguiente. Y nada ya cambió hasta que en 1968 la plataforma fue de nuevo ampliada para mejorar el tráfico rodado en esta principal arteria de la ciudad.

Dice Ximo Rico que la mejor forma de acceder a este bien para admirar su fábrica y estructura es caminando desde el barrio Huerta Nueva hasta el vial del barrio Caliu, que pasa justo por debajo de su esqueleto de hormigón.

Se trata de un puente de mampostería con cuatro arcos de medio punto rebajado, tajamares en su pilares y tablero horizontal. En su ampliación del año 1968 fue dotado además de dos pasos peatonales, uno a cada lado, al ser ensanchada notablemente su dimensión original. Pertenece al Patrimonio de la Ingeniería Civil en su apartado de Puentes y Túneles y se deberán preservar, por ley, los elementos definitorios de su arquitectura, altura, volumen, número de ojos y tipos de fábrica.

Además de ser una construcción histórica es un bien protegido que acaba de cumplir su primer siglo. Cien años formando parte del paisaje urbano de Elda.

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