Unos dos millones de kilos de uvas procedentes del Alto Vinalopó consumirán los españoles en los primeros 12 segundos de 2016, según estimaciones de la Denominación de Origen de Uva Embolsada. La producción de la variedad Aledo -la más demandada en Nochevieja- ha aumentado en la campaña de 2015 un 25% en relación al pasado año y ha alcanzado los 22 millones de kilos.
Con las uvas de la suerte, la provincia de Alicante está presente en casi la totalidad de las mesas y celebraciones de Fin de Año en España y algunos países europeos que se suman a esta tradición. El presidente de la Denominación de Origen de la Uva Embolsada, José Bernabeu, indicó ayer que «el Vinalopó es casi el único lugar de España donde a estas alturas del año todavía se recoge esta fruta fresca». Y por ello, las de esta zona alicantina son «insustituibles» en el paso de un año a otro.
Aunque las tareas en los viñedos comienza en el mes de junio, es en noviembre cuando el sector pisa el acelerador para satisfacer la numerosa demanda que se produce en Navidad y que se concentra, sobretodo, en las compras del 30 y 31 de diciembre.
De hecho, desde la segunda quincena de noviembre, el sector emplea a unas 13.000 personas (11.000 son empleos directos y 2.000, indirectos). Tras la recolección, la selección y empaquetado del producto, se procede al reparto por toda España y otros países, especialmente Francia.
José Bernabeu explicó que «los empleos se reparten mayoritariamente entre los vecinos de Novelda, Monforte del Cid, Aspe, Agost, Hondón de los Frailes, Hondón de las Nieves y La Romana, y entre todos, suponen más de 300.000 jornales».
Inicio de campaña
La campaña de recogida de la uva de mesa comenzó el pasado 1 de septiembre con el corte del primer racimo de uva embolsada con Denominación de Origen.
En ésta, la producción ha superado los 49 millones de kilos, cifra muy parecida a la de años anteriores, salvando el ejercicio de 2014 en que la producción bajó a los 40 millones de kilos.
En cuanto al precio, el valor del kilo de uva de mesa embolsada oscila en torno a los 0,60 euros el kilo en el inicio de la temporada y los 0,90 euros en estas fechas previas a la Navidad. Bernabeu advierte, no obstante, de que «estos son los precios en origen y por supuesto no son los que encuentran las amas de casa en los mercados».
La tradición de las doce uvas cada 31 de diciembre se remonta, al menos, a los últimos años del siglo XIX. Era una costumbre muy extendida en Madrid que las familias acomodadas tomaran una cena de Nochevieja en la que se servían uvas y champán. Una moda que se impuso como imitación de las costumbres francesas de la época.
La tradición
El primer documento que deja constancia de esta celebración es un anuncio publicado el 29 de diciembre de 1898 en el periódico «El Imparcial» donde los productores promocionan «Las uvas de la suerte». Asimismo el 1 de enero de 1902 se lee en el mismo diario madrileño una nota de sociedad sobre el «lunch con las acostumbradas uvas de la suerte» en la fiesta en el hotel de los Condes de Romanones. Sin embargo, fue un bando municipal que buscaba prohibir las prácticas ruidosas en periodo navideño el que espoleó a los demás estratos sociales a imitar la costumbre de las clases más altas.
Muchos de los madrileños se sintieron molestos por el edicto y decidieron ridiculizar la costumbre de la aristocracia y empezaron a congregarse en la actual Puerta del Sol el 31 de diciembre para tomar las doce uvas y celebrar con estruendo la entrada del nuevo año, según se refleja en la página web de la Denominación de Origen. Desde entonces hasta la actualidad entrar en el Año Nuevo comiendo las doce uvas al ritmo de las campanadas es un símbolo de buena suerte.
