Los problemas de mal olor que padece Villena desde 2006, año en el que se abrió la planta de residuos sólidos urbanos en la población, han sido continuos. Sin embargo, en los últimos meses los picos se han incrementado, así como el malestar de los ciudadanos.
El alcalde de Villena de Los Verdes, Javier Esquembre - ahora presidente del consorcio de basuras del plan zonal 8A al que pertenece la planta local- ha sido muy beligerante con la entrada de residuos de fuera del área de influencia al vertedero por su impacto en la población, ya que las instalaciones están a sólo dos kilómetros y medio del casco urbano. De hecho el Ayuntamiento, en la anterior legislatura y siendo Esquembre alcalde, llevó a los tribunales al Consorcio de Residuos contra el acuerdo adoptado de aceptar 120.000 toneladas de basura de la Vega Baja en planta de Villena.
En septiembre, el Consell impuso la llegada de un máximo de 81.000 kilos de residuos al día y de 30.000 toneladas al año a la planta de Villena procedentes de la Vega Baja, tras el cierre del vertedero ubicado en Crevillent. La decisión cayó como un jarro de agua fría en el gobierno local.
