Más de mil personas asistieron al «Pasaje del Terror» que, por cuarto año consecutivo, el grupo de animación «Las pencas de la Laguna y los nabos del Pinar» junto con los vecinos de «El Rabal» llevaron a cabo ayer por la noche en las calles angostas del barrio, en el centro histórico de Villena.

Doscientos cincuenta actores aficionados, con edades comprendidas entre los seis y los 50 años, se transformaron en payasos, bailarinas, malabaristas, arlequines, pitonisas para ofrecer un espectáculo terrorífico. Las luces del casco antiguo se apagaron a partir de las 22 horas para que los intrépidos espectadores se adentrasen por las callejuelas y rincones de los alrededores de la iglesia de Santa María. Así, ayudados por la luz de la luna y por pequeñas velas, a lo largo de un kilómetro de recorrido, pudieron disfrutar del singular espectáculo circense, donde pasar miedo estaba asegurado.

«Cada año hemos ido creciendo, tanto el actores que participan de forma altruista asumiendo cada uno de ellos el coste del maquillaje y del vestuario, como de personas interesadas en asistir al evento», afirmó Jorge Guardiola, del grupo «Las pencas de La Laguna y los nabos del Pinar».

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De hecho, las entradas puestas a la venta en internet se vendieron en menos de media hora, incluso a espectadores de fuera de Valencia y Albacete. Muchos interesados tendrán que esperar al próximo año para disfrutar de una noche de miedo en «El Rabal».

Durante más de dos horas se desarrolló el espectáculo en «El pasaje del Terror» en El Rabal, una propuesta con fines benéficos puesto que lo recaudado con los donativos de los visitantes se destinará a la asociación Aspanion (Asociación de Padres de Niños con Cáncer).

La iniciativa se ha convertido en un clásico de la víspera de Todos los Santos en Villena, y que suma seguidores cada año, dispuestos a disfrutar de una de las veladas más inquietantes del año en el centro histórico local.