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Stuart Weitzman

«La revolución de la mujer ha supuesto un cambio en la industria del calzado»

«La única vara de medir el éxito es cómo se vende en los establecimientos. Hice un zapato en 1994 que cada temporada se sigue vendiendo, sigue gustando»

«La revolución de la mujer ha supuesto un cambio en la industria del calzado» ÁXEL ÁLVAREZ

Elda está agradecida a su Hijo Adoptivo Stuart Weitzman.¿Es éste un agradecimiento mutuo?

Por suerte, me encontré con una comarca donde el obrero tiene la mentalidad de dar todo lo que puede para lograr un buen producto y así, estar orgulloso de lo que hace. Los trabajadores han respondido con calidad, trabajo, horas extras, sinceridad y fidelidad. En mis fábricas hay cerca 2.000 personas trabajando y tanto por ellos como por mis proveedores, mi producto tiene la consistencia que hemos conseguido. Elda ha logrado formar parte de mi vida.

¿La calidad es fundamental?

Si mis zapatos no tienen calidad no pueden estar al nivel que se precisa para competir en mi sector. Yo no soy el único, hay otras muchas compañías con mucho talento. Pero es cierto que en mis fábricas cambiamos la mentalidad de elaborar un zapato por precio, como antes se hacía en Elda, a fijarnos sobre todo en la calidad. Es un buen camino trabajar para vender con el precio más bajo, pero en el sector de lujo hay que darle otra atención al zapato.

¿Ha cambiado mucho el sector desde que empezó como diseñador hasta ahora?

Lo que ha cambiado es que la mujeres son las dueñas de lo que se ponen. No pasa como con mi madre o mi abuela que debían acatar lo que el diseñador, en su mayoría hombres, hacía. Ahora las mujeres han tomado el mando de sus vidas, de sus negocios, y de lo que llevan puesto. Así, la industria del calzado y los diseñadores hemos tenido que cambiar la mentalidad e incorporar elementos y pieles más suaves y flexibles que sienten bien al pie. La revolución de la mujer ha significado la revolución de la industria de la moda.

Quiénes han llevado un Stuart Weitzman en su pie dicen que es un zapato muy cómodo ¿Es esa una de las bases de su éxito?

Es fundamental que sea cómodo. Mis diseñadores antes de crear la altura o la punta de un zapato deben controlar donde debe ir el pie para sea lo más cómodo posible y absorba bien la pisada. Esto es lo primero que deben de saber quienes trabajan conmigo.Pero, está claro que cuando una mujer entra a una tienda de lo primero que se enamora es del diseño del zapato.

En Elda el próximo martes ofrece la lección magistral inaugural del curso de la Universidad a Distancia ¿Le contará a los alumnos la fórmula del éxito?

No hay fórmula alguna. Hablaré de mi vida, de mi trabajo. Pero si otros empresarios de éxito hablaran les enseñarían otros caminos. Lo que sí es cierto es que hay cosas en las que casi todos coincidimos y la más importante es el amor a la profesión.

Si un universitario le pidiera consejo a la hora de elegir carrera ¿le diría que pensara con el corazón o que opte por la que tiene más salidas?

Con el corazón. Si vas a trabajar en algo todos los días y muchas horas, mejor que estés enamorado de lo que haces y no mirando el reloj para saber cuándo es la hora para irte. Cuanto más quieras lo que haces más posibilidad tienes de conseguir el éxito.

Cuando mira un zapato que acaba de crear ¿Sabe inmediatamente si va a ser un top en ventas?

La única forma de saber si es un zapato de éxito es cuando la mujer entra a la tienda, lo mira y se lo lleva. Tengo la experiencia para reconocer si tiene los elementos para ser un buen producto, también trabajamos con «focus group» para testar los gustos de las clientas, se los muestro a mujeres que tienen estilo para que opinen. Pero al final, la única vara de medir el éxito es cómo se vende en los establecimientos.

¿La última colección es siempre la mejor o hay algún zapato que sigue en el corazón del diseñador aunque pase el tiempo?

No siempre lo último es lo mejor. Sabemos que un diseño es bueno por el tiempo que pasa en las tiendas sin que se retire. Hice un zapato en 1994 que cada temporada se sigue vendiendo, sigue gustando. No es que el diseñador se haya enamorado de él, sino que son las mujeres las que lo demandan, lo piden y los siguen comprando. De hecho cada temporada es el tercero en ventas.

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