El Ayuntamiento de Aspe parece haber dado con la solución perfecta a un problema ambiental y agrícola que se repite, año tras año, durante la recolección de la uva de mesa embolsada del Vinalopó. Con tal fin las concejalías de Servicios y Agricultura han puesto a disposición de todos los productores de la localidad una parcela, situada en el polígono industrial Tres Hermanas I, para que puedan depositar, de forma gratuita, los bolsos o sacos de papel que protegen la uva de mesa y que se retiran a medida que avanza una cosecha que comienza en septiembre y acaba en diciembre. Lo único que se les exige es que todo el material se comprima en balas de un metro cuadrado antes de arrojarse a los contenedores.
En el primer mes este servicio pionero en Aspe ha permitido recoger 3.000 kilos de bolsos de los más de 10.000 que los agricultores emplean durante cada campaña para aislar los racimos de la luz, el calor, la lluvia y la humedad. De momento han sido una decena las empresas que han hecho uso de una medida que, según ha explicado el concejal de Agricultura, José Vicente Pérez, «está teniendo una gran aceptación porque supone un coste cero para el agricultor, evita la contaminación ambiental y las posibles sanciones del Seprona por el abandono, el enterramiento o la quema de estos residuos en el campo y, además, contribuye a garantizar la sostenibilidad y el carácter ecológico del cultivo estrella del Vinalopó».
Pero hay más ventajas. El coste para el Ayuntamiento no va superar los 1.000 euros en toda la campaña y quienes reciclen los bolsos obtendrán un certificado, expedido por Recuperaciones Vega Baja, que es la empresa contratada, que podrán utilizar posteriormente ante la Conselleria de Sanidad como garantía de que han realizado el tratamiento correcto para eliminar los bolsos. Unos residuos que se trasladan periódicamente a un centro autorizado situado en Callosa de Segura para ser sometidos a un tratamiento de reciclado que permite su reutilización como cartón.
Aunque está compuesto principalmente de papel, al bolso o saco también se le añaden diferentes tipos de cera y otras sustancias para evitar su deterioro con la lluvia. De ahí que el proceso destinado a su transformación en cartón sea complejo.
De momento los grandes productores son los que más uso están haciendo de este servicio pero el Ayuntamiento está estudiando fórmulas para darle más facilidades a los pequeños agricultores.
