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Los internos más peligrosos saturan el módulo de aislamiento de la cárcel de Villena

El número de celdas ocupadas por los reclusos de primer grado se sitúa desde hace seis meses en torno a 30 de las 35 disponibles

Imagen del centro penitenciario Alicante II situado en el término municipal de Villena. carlos rodríguez

El módulo de aislamiento de la cárcel de Villena se está convirtiendo en un departamento de régimen cerrado para internos en primer grado, que son los presos más peligrosos protagonistas de motines, plantes o agresiones a otros internos o funcionarios. En la actualidad en este módulo hay 32 celdas ocupadas de forma permanente de las 35 disponibles. Y, según indican fuentes penitenciarias, no es un hecho puntual ya que desde hace más de seis meses el número de celdas ocupadas difícilmente baja de 30. Son cifras variables pero la tendencia se mantiene a lo largo del año lo que está ocasionando, tal y como advierten los funcionarios consultados, un grave riesgo en la seguridad del centro ya que, de producirse algún conflicto grave y con varios implicados, no habrían celdas suficientes para poder aislar a los autores.

La saturación que sufre aislamiento ha obligado en más de una ocasión a trasladar al módulo de ingresos a internos peligrosos, e incluso sujetos a una sanción de aislamiento provisional por su estado de extrema agresividad.

El pasado 11 de junio, según las mismas fuentes, la situación en ingresos llegó a tal extremo que se encontraban en ese módulo once internos cumpliendo sanción de aislamiento en celda, y dos de ellos con la aplicación del aislamiento provisional por pelea o agresión, siendo necesario alojar incluso a uno de ellos en una celda normal sin ningún tipo de protección. En consecuencia, la masificación de los primeros grados en aislamiento también está comprometiendo, según denuncian, la seguridad de los trabajadores ya que ingresos no cuenta con las condiciones arquitectónicas, de seguridad ni de personal necesarias para albergar a internos conflictivos.

Una situación que afecta a los propios reclusos para que puedan disfrutar de sus horas de paseo en el patio, a donde deben salir separados de los presos comunes. Pero también en aislamiento los primeros grados se ven obligados a pasear durante toda su condena, o mientras dure su clasificación, en minúsculos patios dónde solo pueden dar veinte pasos antes de toparse con el muro. Algo que es debido a que este módulo está concebido para el cumplimiento de unos días de sanción pero no para permanecer años enteros. Para eso ya existen los departamentos de régimen cerrado o prisiones enteras destinadas a albergarlos.

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